El TDAH, es una alteración que se presenta actualmente y se considera un trastorno del neurodesarrollo
Saltillo, Coah.- En la actualidad los trastornos de aprendizaje, en específico el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH por sus siglas en español) se ha incrementado en la sociedad, y es por eso que como consecuencia en la educación y en el deporte; han sido y serán una tarea primordial, que educadores, entrenadores, padres de familia y todos los que estamos de alguna manera, involucrados en este menester, deberíamos conocer los indicadores del mismo, como un “Deber Ser”.
Lo anterior para entender, y posteriormente utilizar las herramientas que nos puede otorgar la ciencia, la tecnología, las neurociencias y los profesionales de las áreas.
El TDAH, es una alteración que se presenta actualmente y se considera un trastorno del neurodesarrollo, en el que coexisten síntomas variados, algunos derivados de la baja capacidad de atención, otros resultantes de una baja capacidad para controlar la impulsividad y otros de una manifiesta “inquietud”.
Además, con origen multicausal, resultado de la interacción entre diferentes factores ambientales, genéticos, neurobiológicos y neuroquímicos.
A grandes rasgos, los trastornos del aprendizaje, en específico, el TDAH, se presenta en la falta de aptitud para adquirir, retener o usar ampliamente habilidades específicas o información, como consecuencia de deficiencias de atención, la memoria o razonamiento, y afectan a la persona y como consecuencia a la actividad escolar, y otras más, como la deportiva, sin embargo, con la práctica de actividad física, se puede se generan factores favorables para su desarrollo y a mejorar en estos.
Muchos de los trastornos, son causados por diferencias en la estructura del cerebro y afectan la forma en que el mismo cerebro, absorbe y usa la información.
En general, estas diferencias están presentes desde el nacimiento, pero existen algunos factores que pueden jugar un rol en desarrollo de un trastorno del aprendizaje incluyendo la genética.
Por eso, es importante mencionar que el trabajo con niños y jóvenes que tienen diversos trastornos de aprendizaje, no solamente el TDAH, se debería enfocar especialmente en el autoconcepto y la autoconfianza, que pueden verse afectados en los aspectos académicos, el aprendizaje, el deporte y su vida cotidiana.
En general se presenta conjuntamente con algún trastorno del aprendizaje como la Dislexia, Discalculia o Disgrafía, entre otros. Suele aparecer en los primeros años de vida y se caracteriza, a grandes rasgos, por falta de atención, tener dificultad para prestar atención.
En la Hiperactividad, se presenta exceso de energía o moverse y hablar demasiado.
En la impulsividad, actúa sin pensar o tener dificultad en el autocontrol. En los primeros años se visibiliza más a partir de la hiperactividad motriz y en la adolescencia se observa en aquel joven que tiene dificultad para mantener tiempos de trabajo largo y se desconecta del momento presente.
La combinación de estos trastornos, provoca un gran impacto en el ámbito académico y social, motivo por el cual se encuentra en constante investigación, para mejorar su diagnóstico y su tratamiento.
Sin embargo, se trata de un trastorno que no ha estado libre de controversias, ya que muchos investigadores consideran que en la actualidad se produce un sobrediagnóstico, lo que conlleva una sobre medicación, principalmente de estimulantes, aunque una de las primeras vías de actuación suele ser la terapia psicológica y psicoeducativa. Incluso se ha sido confundido con Aptitudes sobresalientes o Altas Capacidades, en algunos pacientes.
Existen subtipos del TDAH viene determinada por los criterios diagnósticos elaborados por la APA, y subdivididos en función de si los síntomas que se presentan son principalmente de inatención, de hiperactividad o combinados.
A nivel cerebral existen distintos sistemas que van a participar en el proceso de aprendizaje, como el sistema nervioso central y sistema periférico, que es encargado de recibir la información sensorio receptiva y hace cumplir las órdenes, en cuando a ofrecer la respuesta conductual oportuna.
A nivel del sistema nervioso central, la información es conducida al cerebro, el cual la procesa, clasifica y memoriza, en caso de tratarse de aprendizajes, así como dar las instrucciones precisas para la respuesta pertinente.
Es en áreas especializadas del cerebro, donde intervienen los procesos de atención, percepción, memoria y emoción, sin los que el aprendizaje no sería posible. Tal y como afirma la neuroeducación, la cual es una forma de aproximación de las neurociencias a la educación buscando optimizar esta última, el cerebro es al fin y al cabo el que aprende.
El proceso de aprendizaje, se inicia normalmente por los sentidos, cuya información se conduce al cerebro, donde se separa en dos vías, una emocional y otra cognitiva, allí se percibe el estímulo una vez analizado, por las áreas especializadas para cada sentido y de ahí permanece en la memoria.
Hay que tener en cuenta, que, hasta hace escasamente unas décadas, se consideraba que el aprendizaje, se producía desde el momento del nacimiento, hasta la etapa adulta, perdiéndose esta facultad cuando se llegaba a la tercera o cuarta edad.
Hoy en día, y gracias a los avances de las neurociencias, se conoce que este proceso se inicia incluso antes del nacimiento y que va acompañando al ser humano, en todas sus etapas, incluida la última, eso sí, la velocidad de aprendizaje va cambiando, siendo este mayor durante las primeras etapas de vida, y ralentizándose en las etapas posteriores.
La capacidad del aprendizaje, de la que los más pequeños, como los jóvenes, parecen unos privilegiados para adquirir cualquier nuevo conocimiento, donde apenas les cuesta empezar un nuevo idioma o estudiar trigonometría.
Algo que hasta hace unos años la ciencia tenía vetado a los pequeños, argumentando que no estaban preparados para este conocimiento y privilegiando a las personas mayores.
Y es que el descubrimiento de la regeneración neuronal y de la creación de nuevas conexiones entre ellas, incluso a edades avanzadas, puso en tela de juicio dichas afirmaciones, defendiendo la postura de que todo el mundo, a cualquier edad, puede aprender lo que quiera, ya que el cerebro está preparado para ello.
Algo que obligó cambiar los marcos teóricos existentes, que por un lado constataban la dificultad de las personas mayores y por otro tenían las herramientas listas para el aprendizaje.
Por otro lado, existen indicadores, en el TDH, como falla en prestar la debida atención a detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades, por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisió
También con frecuencia, tiene dificultad para mantener la atención en tareas o actividades recreativas, por ejemplo, dificultad para mantener la atención en clase, conversaciones o lectura prolongada o no escucha cuando se le habla directamente y no termina las tareas escolares o quehaceres o deberes laborales.
En edades adolescentes o en adultos, preparación de informes, completar formularios y revisar artículos, pierde cosas necesarias para las tareas o actividades, devolver llamadas, pagar facturas, entre otras cosas.
La intervención para el TDAH, que es multidimensional, implica combinar diversos tratamientos, como psicológicos, psicopedagógicos, neuropsicológicos, farmacológicos y otras terapias alternativas.
Ramón rocamontes es Lic. en Ciencias de la Comunicación (UAdeC)
Máster en Psicología de la Actividad Física y Deporte (UNED-COM)
Maestría en Desarrollo de Talento Humano