Rickey Henderson, el mejor primer bate y ladrón de bases en la historia de las Grandes Ligas de Béisbol.
Ciudad de México.- Rickey Henderson, el mejor primer bate y ladrón de bases en la historia de las Grandes Ligas de Béisbol, cuya velocidad vertiginosa, ojo perspicaz y potencia inusual para los jonrones complementaron una arrogancia irreprimible que lo llevó desde los terrenos baldíos de Oakland al Salón de la Fama del Béisbol, murió el viernes, según su familia. Tenía 65 años.
Henderson rompió barreras junto con montones de récords durante una carrera de 25 años en la que jugó con nueve equipos.
En un deporte que depende de la consistencia histórica de sus números, Henderson arrasó en el libro de récords, al poseer el tope de bases robadas de todos los tiempos con 1.406, unas asombrosas 468 más que el gran Lou Brock de los St. Louis Cardinals, quien tuvo el récord de 938 durante una docena de años antes de que Henderson lo superara en 1991. Henderson tiene los récords de la mayor cantidad de bases robadas en una sola temporada con 130 en 1982, la mayor cantidad de veces que lideró la liga en robos con 12 y la mayor cantidad de años consecutivos liderando la liga en robos con siete. A los 39 años en 1998 con Oakland, Henderson se convirtió en el jugador de mayor edad en la historia en liderar la Liga Americana en robos con 66.