Repite Román en Torreón… ¡pero negocio de Zermeño!; $77 millones en año y medio; va por más en 2024

Cambió el emblema en el Ayuntamiento de Torreón pero no el negocio. Román Cepeda, del PRI, como Jorge Zermeño, del PAN, en su día, ha destinado un monto millonario entre 2022 y 2023, los primeros dos años de su Administración municipal, para supuesta recolección de escombro que no se puede verificar ni auditar.

Se trata, de manera oficial, de 79.6 millones de pesos gastados vía dos contratos para “servicio de carga y autotransporte de escombro y residuos vegetales de los puntos de gestión ambiental y/o áreas afectadas con destino a sitios autorizados por el Municipio”. El primero con vigencia de marzo a diciembre de 2022, por 38 millones 530 mil pesos, y el segundo por 41 millones 69 mil pesos en el mismo plazo, pero de 2023.

Casualmente un solo proveedor ha sido favorecido en ambas licitaciones: Sigue Infraestructura y Transporte, S.A.P.I. de C.V., empresa vinculada con otras como Sigue Construcciones, Sigue Servicios, Sigue Inmobiliaria y Sigue Triturados.

“Sigue”, cabe señalar, es acrónimo de Sifuentes y Guerrero, apellidos de la familia del exsecretario en el Gobierno del Estado (1999-2005), Raúl, dueños de la referida sociedad mercantil creada en Torreón el 7 de junio de 2017 aunque con domicilio en Gómez Palacio, Durango.

Según su acta constitutiva, le pertenece a los hermanos Juan Jaime y José Antonio, de apellidos Sifuentes Rivera, de 34 y 30 años respectivamente; socios por partes iguales. Hijos de Juan Jaime Sifuentes Guerrero; sobrinos del mencionado Raúl. Y tiene por objeto social “toda clase de obra civil”. Originalmente la razón social se llamó Ausbildung Transportes Especializados, y fue hasta 2021 que formalizaron el cambio de denominación.

Y aquí viene lo interesante. De acuerdo con la facturación de la Presidencia Municipal de Torreón en poder de quien esto escribe, constan 77 millones 349 mil 470 pesos pagados entre julio de 2022 y noviembre de 2023 a “Sigue”. Tan sólo el último año fueron presentados 19 documentos fiscales a la Tesorería en los primeros 11 meses del ejercicio, sin que alguno fuese cancelado, por un total de 49 millones de pesos. Sangría del erario en grande.

Considerando que tres meses de 2022 (el segundo trimestre) y el último mes de 2023 no están considerados en el reporte del timbrado electrónico, la cifra puede aumentar significativamente, incluso por encima de los 79.6 millones de pesos contratados en documentos.

En 2024, no obstante, se repetirá la coartada millonaria, aunque ahora bajo el concepto “adquisición de limpieza de terrenos baldíos”. El próximo miércoles 21 de febrero es la fecha para formalizar el nuevo contrato para el año en curso, de marzo a diciembre, esta vez por 121 mil 850 metros cúbicos de cascajo, un 36.5% menos a comparación de 2022 y 2023, donde tasaron 192 mil.

La idea no es nueva. En 2020 se publicó en este mismo espacio un tríptico acerca del negocio que hizo la Administración municipal de Torreón presidida por el panista Jorge Zermeño con la empresa Vértice de La Laguna. Ellos fueron los pioneros de la actividad impensada para volverse millonario: traslado de escombro. Entonces se agenciaron 35 millones 132 mil pesos en sólo nueve meses, vía dos contratos adjudicados por el Ayuntamiento; uno en agosto de 2019 y otro en marzo de 2020.

El último año del PAN en el Gobierno Municipal de Torreón, 2021, no fue muy distinto a los anteriores: Vértice de La Laguna presentó una propuesta por 32 millones 374 mil 115 pesos.

Uno de los dos socios de la referida sociedad mercantil, Vicente Valles Villarreal, es yerno de Eduardo Sáenz Herrera, a la sazón director de Servicios Públicos del Municipio. Es decir, del funcionario responsable de operar el programa privatizado a terceros, lo cual generó un claro conflicto de interés. La persona moral se creó dos meses después de que Zermeño asumió la Presidencia Municipal, en febrero de 2018, y se inscribió en el padrón de proveedores y contratistas al iniciar este su segundo periodo consecutivo, en enero de 2019, manifestando que su giro ante el SAT era el alquiler de oficinas y locales comerciales, así como viviendas no amuebladas.

Cortita y al pie

El punto es que actualmente tendrían que demoler La Muralla China, o 27 distribuidores viales como El Revolución (la mayor demolición en la historia contemporánea de Torreón, ocurrida en 2008, la cual representó 14 mil metros cúbicos de cascajo) para sumar la cantidad de escombro que representa el dinero gastado por el Ayuntamiento en su acarreo durante 2022 y 2023.

Ahora bien, ¿la Presidencia Municipal encabezada por Román Cepeda no tiene capacidad suficiente para realizar esa labor por sus propios medios o ampliando el servicio de limpia pública que ya tiene convenido con Promotora Ambiental de La Laguna?, ¿tantas toneladas se generan en cuestión de meses?

Además el escombro no se tritura ni se dispone de forma especial o ecológica; simplemente se acarrea en viajes desde los centros de transferencia en la zona urbana de Torreón hacia su destino final, en el Cañón del Indio.

Para dimensionar: el dinero que se desvió usando a “Sigue” durante 2022 y 2023 significa que la empresa debió recoger un estimado de 384 mil metros cúbicos. Y ese desecho, a su vez, equivale a 64 mil viajes en camiones llenos, usualmente de 6 metros cúbicos de capacidad; un promedio de 3 mil 200 acarreos al mes durante los 20 que duraron ambos contratos. Ello supone 106 traslados diarios, de lunes a domingo, sin parar. Algo a todas luces desproporcionado, por no decir imposible.

Y salvo registros en bitácoras, ¿cómo se podría comprobar y auditar ese trabajo? Sencillamente no se puede. Es negocio redondo.

La última y nos vamos

Por lo demás, si no existe la necesidad ni el problema, ¿cómo se justifica entonces el desembolso de recursos públicos municipales y la prioridad del gasto?

Jorge Zermeño y Román Cepeda lo saben.