Robert Roberson fue sentenciado a recibir la inyección letal en 2003 por la muerte de su hija de 2 años.
Estados Unidos.- La Corte Suprema de Texas dictaminó este viernes no retrasar la ejecución de un hombre acusado de matar a su hija de dos años, luego de que legisladores demócratas y republicanos emitieran el mes pasado una citación para que el reo testificase, lo que pausó a último minuto que le administraran la inyección letal.
Robert Roberson estaba programado para morir por inyección letal el 17 de octubre cuando los legisladores, en un último esfuerzo, emitieron una citación para que testificara en el Capitolio de Texas días después de su ejecución planificada. No se ha fijado una nueva fecha de ejecución para Roberson, pero es seguro que se llevará a cabo a menos que el gobernador Greg Abbott conceda un indulto de 30 días.
Robert Roberson lleva más de 20 años en el corredor de la muerte pero siempre ha mantenido su inocencia. En 2003, fue sentenciado a la pena máxima por la muerte de su hija de 2 años, y desde entonces ha intentado desafiar su condena asegurando que se basa en un diagnóstico erróneo de un síndrome que además está bastante desacreditado como evidencia forense.
Esto desató una batalla legal entre los tribunales civiles y criminales del estado, lo que llevó finalmente a la Corte Suprema de Texas a fallar temporalmente en favor de Roberson, quien fue sentenciado a la pena capital en 2003 por la muerte de su hija de 2 años.
Legisladores de ambos partidos y expertos médicos alegan que Robertson fue condenado por evidencia errónea y que la niña no murió a causa del llamado síndrome del bebé sacudido. Si es ejecutado, Roberson será la primera persona en Estados Unidos en morir en un caso relacionado con este síndrome.
Desde su condena, la ciencia en la que se basa el diagnóstico de bebé sacudido ha evolucionado, y ahora hay consenso médico en que otras afecciones médicas, como las infecciones, los traumatismos accidentales y las enfermedades preexistentes, también pueden causar los síntomas asociados a las sacudidas violentas.
La defensa de Roberson sostiene que la niña padecía una enfermedad crónica y otras dolencias en los días previos a su muerte, así como problemas respiratorios persistentes y fiebre, que ayudan a explicar su muerte. También su médico le recetó un alto nivel de un medicamento que ya no se administra a niños tan pequeños como ella.
La oficina del fiscal general de Texas, Ken Paxton, declaró a finales de octubre que los legisladores estatales han “intentado engañar al público afirmando falsamente que Roberson fue condenado injustamente usando ‘ciencia basura’ en relación con el “síndrome del bebé sacudido”.
“Hoy, mi oficina ha hecho público el informe original de la autopsia y otras pruebas para corregir las falsedades amplificadas por una coalición que interfiere en el proceso de pena capital en el que estaba prevista la ejecución de Robert Roberson por el asesinato de su hija Nikki, de 2 años”, dijo el fiscal general.
La abogada de Roberson, Gretchen Sween, calificó la declaración de Paxton de “asombrosamente engañosa” y aseguró que fue “diseñada para anular a un grupo bipartidista de legisladores en su misión de búsqueda de la verdad, que ha fascinado al mundo”.