La entidad ocupa el séptimo lugar a nivel nacional con el mayor registro de menores en situación irregular
En cinco años y medio, se han detectado en Tamaulipas un total de 14 mil 285 niñas, niños y adolescentes en situación migratoria irregular y es el séptimo estado con mayor registro en el país, pese a los riesgos que representa el territorio, escenario de masacres como San Fernando y Camargo, entre otras.
El Informe sobre Trata y Desaparición de Menores en Contexto de Movilidad en México, publicado por la Red por los Derechos de la Infancia (Redim) indicó que la estadística comprende de enero de 2019 a junio de 2024 y las principales nacionalidades fueron de Honduras, Haití, Chile, Brasil, Guatemala, Venezuela, El Salvador, Cuba, Colombia, Nicaragua y Ecuador.
Señala que ellos se ven expuestos a múltiples riesgos, que van desde ser víctimas de extorsión, robos y asaltos, caer en manos de traficantes de personas, reclutamiento forzado por el crimen organizado, sufrir violencia sexual o explotación laboral, entre otros peligros.
“Solo habrá que nombrar casos como la masacre de los 72 migrantes en San Fernando en 2010, entre quienes se encontraban los adolescentes Yeimi Victoria Castro y Wilmer Antonio Velásquez, y las de Güémez y Camargo en 2014 y 2021, eventos trágicos que dan testimonio de la violencia perpetrada por el crimen organizado”.
Basado a su vez en datos de la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (Upmrip) de la Segob, el estudio detalla que el mayor número se detectó en Chiapas, con un total de 175 mil 261, seguido por Tabasco con 46 mil 409, Veracruz tuvo 39 mil 362, Baja California 35 mil 278 y Nuevo León 18 mil 060, entre las primeras cinco.
Después se observó a Coahuila con 15 mil 783 y Tamaulipas en séptimo lugar con 14 mil 285, luego apareció Sonora con 13 mil 065, Oaxaca 9 mil 176, Chihuahua 9 mil 004, Puebla 6 mil 220 y Estado de México 5 mil 301 menores en contexto de movilidad irregular solos y acompañados.
Estas niñas, niños y adolescentes fueron captados por la autoridad migratoria mexicana, observándose un ascenso en cada año, con excepción del 2020 por las restricciones de la pandemia de covid-19. Además, se identificó que desde 2019 ha disminuido, al menos en su detección, la presencia de menores solos, al contrario de los acompañados.
“Se considera que las cifras reales sean mayores, debido a los desafíos que implica el seguimiento y monitoreo en los contextos de movilidad y clandestinidad que las personas buscan tener para lograr su objetivo. No obstante, son aproximaciones que abonan a tener una idea de la magnitud de los flujos migratorios y el perfil de quienes los integran”, apuntó Redim.
La asociación civil añade que al ser retornadas a sus lugares de origen, muchas de las infancias y adolescencia regresan a las mismas situaciones que detonaron su salida, por lo que están expuestas a reiniciar un ciclo migratorio.
“Otra situación es que en los casos que se les da información a los menores sobre regularizar su condición migratoria, se privilegia la vía de solicitar asilo para obtener el reconocimiento como refugiado, pero al conocer los tiempos, e inclusive las formas en que estarían esperando en albergues de puertas cerradas, eligen ser retornados a sus países y en la mayoría de los casos reinciden en migrar”, refiere el informe de Redim.