Su preservación es crucial no solo para la biodiversidad de la región, sino también para el equilibrio del ecosistema yucateco.
Ciudad de México.- La rana ladradora yucateca (*Craugastor yucatanensis*), un anfibio endémico de Yucatán, está viendo reducido su hábitat natural, advirtió el biólogo Luis Díaz Gamboa. Actualmente, su hogar se limita principalmente a cuerpos de agua permanentes, como cenotes y cuevas bien conservadas, debido a la transformación del entorno.
Esta rana no solo es única por ser exclusiva de la región, sino que también cumple un papel vital en el ecosistema. Contribuye al control de plagas al alimentarse de mosquitos, moscas y la chinche besucona, portadora del mal de Chagas. Además, es una fuente de alimento para reptiles y aves, destacando su importancia en la cadena alimenticia local.
La rana ladradora yucateca es pequeña, con una piel fina y manchas castañas oscuras. Sus dedos presentan discos en forma de corazón que le facilitan trepar, y su nombre proviene de su peculiar vocalización, parecida a un ladrido. Aunque esta capacidad se confirmó científicamente hace solo cinco años, es una de las características que la hace tan especial.
Su preservación es crucial no solo para la biodiversidad de la región, sino también para el equilibrio del ecosistema yucateco.