El sacerdote Matías Herrera pidió unirse como iglesia para que las tentaciones del maligno que incitan al aborto
Saltillo, Coah.- Con misa celebrada al exterior del Hospital General, inició la campaña 40 Días por la Vida, para terminar con la “maldición del aborto”, informó el sacerdote Matías Herrera, al invitar a la comunidad a unirse en oración, ayuno y caridad para que las mujeres no interrumpan el embarazo.
“Es muy hermoso ver el trabajo incasable de muchos hombres y mujeres dedicadas a la gran causa por la vida, eso es bonito, con la esperanza de que tenga fin la maldición del aborto. Entonces nos reunimos de nuevo para orar por el triunfo de la vida en esta campaña de 40 Días que estamos arrancando y oramos por todos los que se enfrentan a la tentación del aborto”.
Recordó las palabras del papa Francisco, quien ha dicho que toda vida humana tiene un valor inestimable, es única e irrepetible, lo que debe defenderse con el coraje de las palabras y de las acciones.
“La vida que estamos llamados a proteger y defender no es un concepto abstracto, sino que se manifiesta siempre en una persona de carne y hueso. Por ejemplo, el niño recién concebido, un pobre marginado, un enfermo que sufre desánimo o una enfermedad terminal, una persona que ha perdido su trabajo, un refugiado o un migrante marginado”.
La vida, indicó, se manifiesta concretamente en las personas y todo ser humano está llamado a gozar de la plenitud de la vida y toda amenaza a la vida humana repercute en el corazón de la iglesia.
“Para la Iglesia la defensa de la vida no es una ideología, sino una realidad, una realidad humana que involucra a todos los cristianos, hombres y mujeres, precisamente porque son cristianos y porque son humanos”.
En su mensaje, recordó el exhorto del papa Juan Pablo II, quien hizo un llamado para respetar, defender, amar y servir a la vida humana.
“Sólo por este camino encontrarán la justicia, el desarrollo, la libertad, la paz y la felicidad, es lo que dice el Papa San Juan Pablo Segundo. Y tres son las prácticas recomendadas por nuestro Señor Jesús, y nosotros que somos sus discípulos, discípulas, tenemos que practicar siempre estas tres prácticas cuaresmales: la oración, el ayuno y la limosna”.
El sacerdote pidió unirse como iglesia para que las tentaciones del maligno que incitan al aborto, se alejen del pensamiento de la mujer o de las parejas y no interrumpan el embarazo.