Hoy, Coahuila sigue reconstruyéndose después del duro golpe de la pandemia, con lecciones aprendidas y una población que, aunque herida, sigue adelante con la esperanza de un futuro más preparado y resiliente.
Monclova, Coah.- A cinco años de la llegada del COVID-19 a México, quienes sufrieron la pérdida de un ser querido o sobrevivieron a la enfermedad grave recuerdan como si fuera ayer esos días “horribles”, pues todavía padecen las secuelas físicas y emocionales del virus, que cobró la vida de más de 335,000 personas en el país, según cifras oficiales.
La pandemia, declarada como Urgencia de Salud Pública de Alcance Internacional (USPPI) el 30 de enero de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cambió radicalmente la vida en todo el mundo. Aunque el nuevo coronavirus había sido detectado en China desde diciembre de 2019, fue hasta el 11 de marzo de 2020 cuando la OMS finalmente lo catalogó como pandemia global, marcando el inicio de una crisis sanitaria sin precedentes.
En Coahuila, uno de los primeros estados afectados, la pandemia golpeó con especial fuerza. Monclova se convirtió en un foco rojo debido al brote registrado en el personal de salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que desbordó rápidamente la capacidad hospitalaria. Durante los meses más críticos, los hospitales se vieron saturados, el personal médico trabajó en condiciones extremas y las medidas de confinamiento paralizaron la economía local.
A cinco años de esos acontecimientos, las secuelas aún persisten en la población coahuilense. Muchos pacientes que lograron superar el virus lidian con problemas respiratorios crónicos, fatiga, ansiedad y depresión. Además, las pérdidas humanas dejaron cicatrices profundas en las familias que, hasta hoy, siguen buscando formas de sobrellevar la ausencia de sus seres queridos.
El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha advertido en repetidas ocasiones sobre la importancia de no repetir el ciclo de negligencia seguido de pánico que caracterizó la respuesta global al COVID-19. En los cinco años transcurridos desde marzo de 2020, la organización ha declarado la USPPI en dos ocasiones más, ambas relacionadas con brotes de mpox (viruela símica), subrayando la necesidad de mantener la vigilancia epidemiológica.
Hoy, Coahuila sigue reconstruyéndose después del duro golpe de la pandemia, con lecciones aprendidas y una población que, aunque herida, sigue adelante con la esperanza de un futuro más preparado y resiliente.