Radio en vivo

mon_divider

XEPN: La voz rebelde de la frontera

La estación Coahuilense que lo tuvo todo.

La estación Coahuilense que lo tuvo todo.
Después de la XER, William E. Branch vio una oportunidad y volvió a construir un imperio mediático
Rosalío González
ZOCALO | MONCLOVA
06-01-2025
Regresar

Piedras Negras, Coahuila.- En una habitación del Hotel Internacional de Piedras Negras, habilitada como cabina de la radiodifusora XEPN, el hierbero Harry M. Hoxsey anunciaba con voz estridente su fórmula mágica para curar el cáncer, apoyado en la primera estación nigropetense que invadió la señal radiofónica de Estados Unidos.

Corría el año de 1932, cuando el ingeniero texano William E. Branch, el mismo que había montado la estación XER en Ciudad Acuña, que después se convirtió en la radio más poderosa del mundo, se decidió a abrir su propia estación en Piedras Negras, sorprendido por las jugosas ganancias que dejaba el negocio de los anuncios publicitarios.

El ingeniero William E. Branch.

 

Oportunidad de negocio

Branch era un genio de la radiodifusión, por eso fue contratado en México por el empresario y falso médico, John R. Brinkley para levantar la estación XER, pero una vez que descubrió el camino para producir fortunas mediante la radio, buscó hacer la suya.

Como no estaba permitido que los extranjeros tuvieran concesiones de telecomunicaciones en México, el ingeniero se asoció con el empresario coahuilense Claudio M. Bres, para crear la Compañía Radiodifusora de Piedras Negras, S.A.

" La empresa requirió para su fundación de 150 mil pesos —de aquellos tiempos—, destinados en su mayoría a la instalación de una poderosa estación que irradiaba desde México hacia Estados Unidos sin las restricciones de la Comisión Federal de Comunicación”, según el profesor e investigador emérito de la Universidad Panamericana, José Luis Ortiz Garza.

" La compañía tenía un carácter binacional; William E. Branch, un rechoncho ingeniero y músico, fungía como presidente, mientras que Claudio M. Bres, hábil comerciante y corredor de aduanas, era vicepresidente”, afirma la investigación del también doctor en Medios de Comunicación de Masas.

Claudio Bres, el socio mexicano.

 

La emisora era tan rica que contaba con su propia planta de energía y un equipo técnico de primer nivel, instalado en el antiguo Hotel Internacional de Piedras Negras, aunque el historiador de la ciudad, Otto Schober, ha publicado que el verdadero nombre era el Hotel del Ferrocarril.

Controvertido antecedente

Igual que en la XER, de la que era estación hermana, en la radio de Piedras Negras se transmitían programas dedicados a vender en masa productos milagrosos y a escuchar sermones de personajes controvertidos por poner en riesgo la salud de quienes confiaban en sus métodos.

El falso médico Harry M. Hoxsey fue uno de esos charlatanes que aprovechó la potencia de la XEPN para vender sus ungüentos, polvos y líquidos a base de hierbas que prometían curar el cáncer.

La historia de este charlatán comenzó con su bisabuelo, John Hoxsey, quien era veterinario y cuidador de caballos. En cierta ocasión, uno de los caballos enfermó de cáncer y aunque ya estaba desahuciado, narraba el señor, al pasar por unas hierbas y plantas se curó solo de tan grave enfermedad.

Con ese cuento de por medio, los Hoxsey comenzaron a vender diferentes preparaciones con plantas para sanar del cáncer, pero no fue hasta la década de los 30 que Harry encontró en la radio, la manera de expandir su mensaje.

" Cuando el 23 de febrero de 1934 el Gobierno mexicano clausuró la célebre estación XER de Acuña por múltiples violaciones regulatorias, su creador, el polémico médico John R. Brinkley, buscó continuar su lucrativo imperio mediático en la XEPN”, escribió José Luis Ortiz Garza en su investigación sobre el tema.

Brinkley era la estrella de su propia radio, la XER de Acuña, donde tenía un programa de respuestas médicas, principalmente para curar la disfunción eréctil mediante el trasplante de testículos de chivos a hombres con ese padecimiento.

" Encontró refugio en la XEPN. Durante más de un año, utilizó sus micrófonos mediante discos y transmisiones a control remoto para seguir emitiendo sus famosos programas médicos, los mismos que habían provocado la revocación de su concesión”, dice Ortiz Garza.

Lo redituable que era una estación como la XEPN, que invadía la señal de radio en toda la Unión Americana, desde México, la convirtió en una nueva carpa de personajes extraños, un gabinete de fenómenos extraños.

En esa estación se transmitían mentalistas, curanderos, vendedores de harina, de cursos por correspondencia. “Muchos de estos artistas y anunciantes —entre ellos astrólogos, predicadores y maestros— rotaban entre la XER de Acuña, la XEPN de Piedras Negras y la XELO de Tijuana que también era propiedad del ingeniero Branch”, sostiene el investigador.

El momento ideal

Las tres estaciones antes mencionadas fueron un consorcio trasfronterizo que aprovechó la guerra comercial en las ondas de radio que tuvieron México y Estados Unidos. Realmente estos charlatanes lograron vender en la radio debido a que de este lado de la frontera se les permitía para afectar y violar las leyes estadunidenses que los habían prohibido.

Entre 1934 y 1936 la XEPN alcanzó su mejor momento en el aire. “El 95% de los anunciantes eran americanos y el 90% de las respuestas de los radioescuchas provenían de aquel país”, dice el historiador Otto Schober.

" Todos los días, los empleados de la estación se reunían en el Hotel Eagle, de Eagle Pass, donde atendían a los anunciantes, además de recibir y clasificar la correspondencia, que realizaban dos empleados. En ese hotel disponían de una sala privada de juntas amuebladas por el hotel, que se acondicionó en su sótano”, sostiene el historiador de Piedras Negras.

Entre los más recordados predicadores que hicieron negocio con los sermones desde la estación XEPN, se encuentra Ralph Richards, quien daba consejos religiosos a la amplia audiencia a cambio de dinero.

Otros predicadores que pasaron por la señal de la radio fueron Norman G. Baker, quien prometía curas milagrosas desde una cabina en Nuevo Laredo, además de Paul Kallinger y el Reverendo Ike, que formaban parte de una red de evangelistas que utilizaban las ondas radiales para difundir la “iglesia electrónica”.

El investigador, José Luis Ortiz los llama “los predicadores del éter”, aunque en la XEPN no solamente salían charlatanes y vendedores de milagros, sino también cantantes en inglés y español.

Esta radiodifusora ofrecía programación bilingüe que mezclaba música de ambos lados de la frontera, los géneros country y el ranchero.

" Entre los artistas que actuaron en la XEPN destaca Jessie Rogers, reconocida como ‘la estrella número uno del canto vaquero en Estados Unidos’, también cantaba Lydia Mendoza, apodada ‘La Alondra de la Frontera’”, precisa Ortiz Garza.

Pasada la medianoche, la estación transmitía discos grabados por mentalistas y astrólogos que pedían un dólar para recibir respuestas sobre su destino y los horóscopos, que estaban prohibidos en la radio mexicana, por lo que el Gobierno mexicano advirtió a Claudio y a Branch sobre el riesgo de que se les retirara la concesión.

De acuerdo con el historiador Otto Schober, “también tuvieron problemas fiscales con Estados Unidos, debido a que las autoridades exigieron el pago de impuestos por las ganancias, pero un juez falló a favor de la empresa porque la señal era transmitida desde fuera del país”.

Alcance

El nombre de la estación se debe a que México tenía asignadas las letras XE, mientras que las ciudades de Eagle Pass y Piedras Negras le sumaron las siglas PN:

Esto, para dar como resultado XEPN, “la voz del hemisferio occidental desde Piedras Negras”.

El eslogan con el que se dio a conocer la estación no estaba desproporcionado, realmente su señal llegaba a todo el hemisferio occidental, debido a su potencia de hasta 100 mil watts.

Era común que los locutores de la XEPN recibieran cartas de personas en Cuba, Canadá, Nueva Zelanda o Colombia, debido a que hasta allá se escuchaban los excéntricos programas producidos en Piedras Negras.

Los últimos días

No hubo necesidad de que las autoridades federales intervinieran en la XEPN como antes lo hicieron en XER de Acuña, porque la estación nigropetense cayó en declive cuando sus socios se enfrentaron:

“En noviembre de 1938, Branch irrumpió en la planta transmisora con policías locales y se atrincheró. Días después, el 17 de diciembre, una explosión misteriosa —atribuida falsamente a helio, un gas no inflamable— provocó un incendio que destruyó la estación”, escribió José Luis Ortiz en su investigación.

Las investigaciones arrojaron que el incendio pudo ser provocado por personas vinculadas a Branch para evitar los cargos por su asalto a la planta de transmisión.

Al perder su estación en Piedras Negras, William E. Branch viajó a Tijuana, donde tenía la estación XELO, que era heredera del estilo de la otra radiodifusora.

Junto a su familia trató de consolidar su estación, hasta que murió electrocutado.

Videos en Tiktok
@zocalodigitalmx