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Narra Juan Antonio el peligro de 4 días perdido en el desierto

‘Pensaba en mis hijos, mi esposa y mi madre’

‘Pensaba en mis hijos, mi esposa y mi madre’
Hoy, Juan Antonio vuelve a estar con su familia, quien celebra su regreso sano y salvo después de una odisea que jamás olvidará.
Mario Valdés
ZOCALO | MONCLOVA
06-11-2025
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Cuatro Ciénegas, Coah.- En un relato que parece sacado de una película de supervivencia, Juan Antonio Pérez Martínez, un candelillero de 39 años, compartió su experiencia aterradora tras estar perdido durante tres días en las áridas inmediaciones de un despoblado del cañón “El Infierno” en Cuatro Ciénegas, su historia no sólo es un testimonio de resistencia, sino también una profunda reflexión sobre el amor familiar que lo mantuvo con vida.

El sábado pasado, Juan Antonio se encontraba con un grupo de al menos ocho personas recolectando candelilla, todo comenzó cuando decidieron buscar una manguera en un rancho cercano para realizar el proceso de quemado, sin embargo, el camino que eligieron los llevó a perderse.

“Un primo mío dijo; vamos a sacar brecha y tomamos una vereda más cercana por un cañón”, recordó Juan Antonio, mientras sus compañeros se regresaban, él decidió aventurarse más lejos, sin imaginar que esa decisión cambiaría su fin de semana.

“Con la caída de la noche y sin agua, la situación comenzó a complicarse; llegué a un bebedero y no había agua, me levanté en la madrugada con sed y empecé a caminar”, narró.

Su búsqueda lo llevó a encontrar una palma donde encendió humo con la esperanza de ser visto, pero el silencio del desierto lo envolvió, en su camino, descubrió un rancho abandonado donde tampoco halló ayuda.

La desesperación creció conforme pasaban las horas y los días. “Ya iban dos días de estar perdido; para el tercer día estaba sin fuerzas para caminar, ni agua ni comida”, confesó Juan Antonio; sin embargo, la imagen de su familia fue su motor para seguir adelante: “Pensaba en mis hijos, mi esposa y mi madre; ellos me mantuvieron con vida”, relató con una voz de emoción.

A medida que se acercaba al cuarto día, la angustia aumentaba, “escuché gritos que me hicieron pensar que ya me estaba imaginando cosas”, dijo.

Pero al final, el sonido se tornó real y le dio fuerzas para acercarse hacia la dirección del ruido, con su cuerpo debilitado y su mente enfocada en sus seres queridos, logró encontrar a su familia y rescatistas que lo buscaban.

Por su parte, Estefanía y San Juana, esposa y madre de Juan Antonio respectivamente, compartieron su angustia durante esos días: “Fue una gran preocupación; estuvimos rezando para que apareciera con vida”. La incertidumbre pesó sobre sus corazones mientras esperaban noticias sobre el hombre al que aman.

Ya por la noche de este lunes Juan Antonio fue atendido médicamente resultando solamente con severa deshidratación y falta de alimento, agradeciendo a sus amigos, familia y a Dios por haberle permitido este “milagro” como coincidió con su familia, el hecho de estar nuevamente juntos.

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