San Buenaventura, Coah.- En ambiente significativo para los habitantes de San Buenaventura y familiares del fundador de la monumental Plaza de Toros e instalaciones de la feria más rimbombante de la región y norte del país, el alcalde Hugo Iván Lozano, ofreció merecido homenaje al soñador Enrique Ayala Rodríguez.

Habitantes de la colonia 18 de Febrero, su esposa Flor Estela Quintanilla y sus hijos, Enrique, Flor y Abel, son testigos fehacientes de la grandeza del amor que guardaba el ex alcalde para su pueblo, motivo por el cual la administración que preside Hugo Lozano, decidió honrar la memoria del sambonense construyendo un paseo recreativo con su nombre.

En un espacio remodelado en la entrada a terrenos de feria, se hizo la develación de la placa en el monumento con el busto de don Enrique Ayala Rodríguez, donde el Alcalde, regidores y su familia, posaron y escucharon la trayectoria del buen hombre.

Su hijo, el doctor Abel Ayala Quintanilla, compartió una semblanza del homenajeado padre, resaltando al equipo de personas que trabajaron hombro a hombro hace 38 años.

“Recordamos cuando a mi papá se le ofreció participar para buscar la alcaldía y gobernó por los años 1985-1987; él se dedicaba al comercio, estaba casado, tenía 46 años de edad y como padre de 3 hijos, sus aspiraciones no eran del ámbito político, pero se animó porque él tenía un sueño desde joven, su sueño era construir una Plaza de Toros, la inició recién casado, la quiso hacer por su cuenta, pero no pudo solo y se quedó la obra inconclusa, esa fue la razón por la que él accedió a participar en la alcaldía”, dijo.

Siendo alcalde propuso al gobernador en turno apoyo para la Plaza de Toros con instalaciones amplias y funcionales para sus fiestas patronales, ya que en 1967 había sido presidente del comité de la feria y había querido establecer instalaciones con palenque, cancha y lo necesario, sin embargo, le decían que no era viable.

Como alcalde inició el sueño de construir la monumental Plaza de Toros con las ganancias de las fiestas patronales de 1985-1986 y se terminaron de pagar las facturas pendientes con las fiestas patronales de 1987, donde también se obtuvieron recursos de personas que gustaron donar efectivo para la construcción de la Plaza de Toros y él comentaba que gente de Monclova y alrededores participaron con la colaboración económica; empresas refresqueras y cerveceras participaron para terminar esta obra.

Don Enrique Ayala, platicaba siempre la historia de la Plaza de Toros y de la feria que en su primer año de alcaldía acudieron con el Gobernador para pedir ayuda para construir esta obra, pero él le comentó que era un pueblo muy chico y no necesitaba ni una Plaza de Toros ni instalaciones más amplias para sus festividades en cambio él le ofreció regalar un lienzo charro que acaban de desarmar en Saltillo, era muy grande, de fierro y de tablones a lo cual el alcalde Ayala se rehusó diciendo que San Buena necesitaba una Plaza de Toros con palenque, exposición para ganadería y cancha y con o sin su apoyo se iba a realizar por el crecimiento de San Buena, que en el futuro estas ganancias de las festividades iban a retribuir en mejoras para el pueblo, incluso se podían utilizar las instalaciones en no ferias y que en el futuro llegarían a ser orgullo para los habitantes.

Durante el proceso de la obra los seguidores del proyecto vieron que el camino no era fácil, incluso fue atacado por sus pensamientos y en periódicos locales publicaba que era dinero desperdiciado, que que se tenía que invertir en otra cosa, y que estaba desquiciado.

Con mucho sacrificio la obra se inició en septiembre de 1985 después de las primeras festividades en la plaza del centro y se concluyó en julio de 1987; casi para cumplir 2 años de iniciada la obra en un área que sólo contaba con tierra de labor y casi no había población al finalizar la obra, pocas horas antes de empezar la feria, se completó la instalación de la energía eléctrica 1 hora o 2 horas antes de que se hiciera la coronación inaugural donde se presentó Pedro Fernández, Lucero y la cantante Prisma.

Don Enrique mencionaba siempre que esta obra fue terminada gracias a la colaboración de muchos amigos y colaboradores de su cabildo, así como los presidentes de los comités de feria de su trienio.