Uno de los puntos de la carta a Santa Claus (perdón, a Claudia Sheinbaum) que entregó el gobernador Manolo Jiménez Salinas era la terminación del Metrobús Laguna, esa obra que forma parte de los gatos
Uno de los puntos de la carta a Santa Claus (perdón, a Claudia Sheinbaum) que entregó el gobernador Manolo Jiménez Salinas era la terminación del Metrobús Laguna, esa obra que forma parte de los gatos muertos que le dejaron en la puerta a Manolo al tomar posesión, pues ahora le cayó el paquete de entregar una obra que tiene 8 años de haber iniciado. Dicen las hormigas que meter el Metrobús entre las peticiones de apoyo al próximo Gobierno fue la última tabla de salvación que el Gobernador vio para zafarse de una de las herencias de la pasada Administración. El problema es que Sheinbaum puede hacer muy poco, y quizá es menos el interés que tiene. Para empezar, la Presidenta electa bien le pudo haber preguntado al Gobernador dónde quedó el dinero que Banobras entregó, y eso implica pisar callos de la pasada Administración. Pero más allá del presupuesto, el problema es que no hay modelo de negocio ni un acuerdo con los concesionarios para reestructurar las rutas alrededor del eje troncal. Y eso es algo que le corresponde al Estado, pero por lo visto el Gobernador está buscando dónde aventar ese paquete.
Y hablando de obras sin terminar, a las hormigas no se les olvida que aparte de Agua Saludable para La Laguna hay otra obra del Gobierno en la región que trae un atraso en la fecha prometida de entrega. Se trata del hospital de alta especialidad del ISSSTE, cuya terminación se programó para finales de marzo, pero después el Instituto pateó el bote para adelante y dijo que estaría finales de mayo. Pasada esa fecha, la directora del ISSSTE, Bertha Alcalde, dijo que para el 20 de julio, pero ese día también llegó, y nada. La dependencia no ha vuelto a informar sobre los avances, y aunque la obra del hospital ya está terminada, incluso los acabados, el problema es que no tiene nada de equipo y es aquí donde las cosas están atoradas. La única constante es la opacidad en torno a la obra que costó más de 3 mil millones de pesos.
Y como en Viesca también pasan cosas, las hormigas reportan que el mal manejo de la seguridad pública que hizo la Administración del alcalde Hilario Silvet ya hizo crisis, con patrullas fuera de servicio por falta de mantenimiento, a tal grado que Layín mandó preguntar en la policía de Torreón si no les sobra alguna unidad para que la donen al hermano municipio. El Alcalde simplemente está cosechando lo que sembró en tres años de descuido de la Policía Municipal y por eso a nadie sorprendió que Morena le arrebatara la reelección. A ver si el próximo alcalde Jorge Vélez no le revisa las cuentas.