Un libro reúne diez relatos emblemáticos que revaloran “la maestría y sensibilidad” de la poeta y novelista en el género breve
Ciudad de México.- Son historias poderosas que te cimbran. Nos hacen sentir a personajes entrañables, que nos maravillan, nos horrorizan, nos conmueven, nos aterran”, afirma Socorro Venegas sobre los cuentos de la escritora mexicana Rosario Castellanos (1925-1974).
Poeta, novelista, dramaturga, ensayista y diplomática, la cuentística de la autora de Balún Canán ha quedado un tanto perdida dentro de su vasta obra, considera la editora en entrevista con Excélsior.
Pero creo que este año, en el que se conmemora el centenario de su natalicio, es un gran momento para redescubrirla en el género corto, recuperarla y conducir a sus lectores por otros territorios”, agrega.
Por esta razón, la UNAM acaba de publicar el libro La rueda del hambriento y otros cuentos, coordinado por Venegas y Andrea Fuentes e ilustrado por Jimena Estíbaliz, en la colección juvenil Hilo de Aracne, que reúne diez relatos emblemáticos de Castellanos.
El título, que se presentará el domingo 27 de abril, a las 14:00 horas, durante la Feria del Libro y la Rosa, en el Centro Cultural Universitario, incluye textos de los libros Ciudad Real (1960), Los convidados de agosto (1964) y Álbum de familia (1971).
La titular de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM destaca que Castellanos toca en sus relatos “realidades que pueden parecernos ajenas; pero, gracias a su pericia literaria, nos acerca a ellas. Dirige una mirada profunda y atenta. Penetra en la naturaleza humana y la explora, y luego comparte esa riqueza”.
Destaca que “ahí vemos su enorme inteligencia y sensibilidad, porque son cuentos en los que ella trabaja con personajes indígenas y mujeres; pero nunca los protege, no les da un tratamiento especial, no los infantiliza.
Ella representa la apertura de caminos. Fue pionera en reflexionar sobre la situación de las mujeres desde una perspectiva feminista, y en dirigir una mirada distinta hacia las comunidades indígenas. Pero cuidó no ser condescendiente”, agrega.
La también escritora añade que, “con intensidad sentí que sus relatos son absolutamente vigentes. Mucho de lo que aquí vemos está aún vivo: niñas a las que venden, la infancia que no se aprecia, esos mundos donde parece tan fácil que alguien desaparezca, esas comunidades diciéndonos que ahí están resistiendo, a pesar de lo mal que se les ha querido comprender”.
Comenta que, en particular, los relatos de Ciudad Real “me resultaron asombrosos. Creo que es uno de sus mejores momentos como narradora”.
Venegas detalla que el libro toma el título de uno de los cuentos de Castellanos. “Abrimos con La rueda del hambriento para tener un primer acercamiento a los usos y costumbres de los pueblos originarios, cómo piensan, cómo viven, que es lo que recrea.
La protagonista es la enfermera Alicia Mendoza, quien cuenta su historia. Va a trabajar a una clínica rural muy alejada. Tiene una gran vocación de servicio, en contraste con un médico que está ahí y que ha comprendido que no puede competir con los curanderos. Hurga en esas dos orillas, la ciencia y la medicina tradicional. Nos desafía”, añade.
Además, se incluyen relatos como Aceite guapo, El don rechazado, El advenimiento del águila, Cuarta vigilia, Las amistades efímeras, Vals capricho, Domingo, Cabecita blanca y Lección de familia.
Venegas indica que la UNAM ha lanzado dos ediciones de La rueda del hambriento y otros cuentos: la que circulará en librerías y una especial, que se obsequiará a los estudiantes de bachillerato de la máxima casa de estudios, como parte del programa El libro del verano, para lo que se realizó un tiraje de 100 mil ejemplares.
La especial incluye un texto introductorio de la doctora Rosa Beltrán, que da la bienvenida a la lectura; y otro del rector Leonardo Lomelí, celebrando la lectura recreativa. Además, integramos las credenciales de estudiante de Castellanos, descubiertas recientemente en las cajas que se acaban de abrir, que generosamente nos permitió escanear su hijo, Gabriel Guerra.
En estas credenciales, Rosario Castellanos aparece con la misma edad que los jóvenes que van a leer sus cuentos. Eso nos entusiasmó”, concluye.