Cada año, las familias exhuman y limpian con esmero a sus seres queridos
 
                    Hecelchakán, Campeche — En Pomuch, una comunidad del municipio de Hecelchakán, Campeche, el Día de Muertos se vive de una manera única. Cada año, las familias realizan un ritual ancestral llamado Choo Ba’ak, que consiste en limpiar los huesos de sus seres queridos para prepararlos para su regreso simbólico al mundo de los vivos.
Esta costumbre, que se conserva desde hace al menos 150 años, combina elementos de la cosmovisión maya y de las tradiciones católicas introducidas tras la colonización. Los habitantes de Pomuch creen que la muerte no es el final, sino una transición hacia otra forma de existencia, y que los difuntos “regresan” durante los días 31 de octubre y 1 de noviembre para convivir con sus familiares.
El ritual inicia tres años después de la muerte de una persona, tiempo suficiente para que el cuerpo se descomponga completamente. A partir de entonces:
Las cajas se mantienen entreabiertas todo el año, para permitir que la luz del sol “alimente” a los muertos y para que estos puedan salir y entrar libremente.
El mantenimiento de las cajas y los nichos se realiza cada octubre, en los días previos al Día de Muertos. Los nichos coloridos, pintados de tonos rosas, verdes, azules o violetas, reflejan la idea de que los difuntos “siguen viviendo” entre los suyos.
