La reforma electoral de Claudia Sheinbaum enfrenta resistencias dentro de la 4T. PT y PVEM frenan cambios clave sobre dinero y plurinominales
Ciudad de México.- La reforma electoral prometida por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo enfrenta un freno inesperado: no por la oposición, sino por sus propios aliados políticos. De acuerdo con un análisis publicado por El País, la iniciativa se encuentra prácticamente “secuestrada” por el Partido del Trabajo (PT), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) e incluso por resistencias internas dentro de Morena.
El problema de fondo no es técnico ni jurídico, sino político: dinero y poder. Los dos ejes que se han planteado públicamente como pilares de la reforma chocan de frente con los intereses de los partidos que sostienen la coalición oficialista.
La reforma planteada por Sheinbaum busca, entre otras cosas, reducir el financiamiento público a los partidos políticos y eliminar o disminuir las posiciones plurinominales en el Congreso —un mecanismo que asigna escaños de representación proporcional a partidos con menor votación.
Sin embargo, estos dos puntos, que se han convertido en los principales ejes discursivos de la iniciativa, también son los puntos de quiebre con los partidos satélite de la coalición oficialista. Tanto el PT como el PVEM dependen en buena medida de las prerrogativas y de los escaños plurinominales, por lo que consideran que estos cambios afectarían sus posibilidades políticas de cara a futuras elecciones.
De hecho, líderes cercanos a la presidencia, como el vicecoordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuéllar, han reconocido que existe un riesgo real de que la reforma quede limitada o “secuestrada” por las negociaciones internas.
Ante este bloqueo, el entorno de Sheinbaum parece debatirse entre tres posibilidades sobre cómo proceder con la reforma:
1. No presentar nada formalmente, postergando la iniciativa indefinidamente.
2. Presentar una reforma “descafeinada”, sin tocar puntos delicados como el financiamiento o las plurinominales.
3. Impulsar el tema desde la opinión pública, asumiendo un choque directo con los aliados.
El escenario más probable, según fuentes consultadas, es el segundo: una versión suavizada de la reforma, con cambios simbólicos que eviten tensiones profundas dentro de la coalición oficialista.
Uno de los borradores que se discuten contempla mantener las plurinominales en la Cámara de Diputados, 200 curules asignadas por representación proporcional, mientras que solo se eliminarían los 32 plurinominales del Senado. En cuanto al financiamiento, la idea sería mantener las prerrogativas para los procesos electorales, pero quitarles el uso en gasto corriente de los partidos.
Además, hay sectores dentro del oficialismo que buscan incluir otros temas en la iniciativa, como la eliminación del fuero constitucional, la restauración de la Auditoría Superior de la Federación y la creación de un nuevo sistema nacional anticorrupción, aunque estos puntos también enfrentan resistencia interna.
La reforma electoral forma parte de los temas que Morena pretende impulsar en el primer periodo ordinario de sesiones del Congreso, que va del 1 de febrero al 30 de abril de 2026. Junto con ella, también se discute el cambio de fecha de la consulta de revocación de mandato para alinearla con las elecciones de 2027 y otros ajustes de calado en la legislación política del país.
No obstante, el panorama sigue siendo complejo: el mismo PT y el PVEM han manifestado dudas sobre apoyar la propuesta en sus términos actuales, y líderes de esos partidos incluso han señalado que la reforma podría “nacer muerta” si no logra consenso previo.
En este contexto, la reforma electoral de Sheinbaum no solo enfrenta resistencia de los aliados que la llevaron al poder, sino también el desafío de equilibrar sus promesas de cambio con las realidades políticas de una coalición que debe mantenerse unida de cara a las elecciones de 2027.
Con información de Político MX
