Leo, como lo llamaban, migró a Estados Unidos cuando tenía entre 10 y 11 años.
Ciudad de México.- Leonardo Romero, el sanmiguelense desaparecido tras las inundaciones en Texas, pasó su infancia en la comunidad de Los Rodríguez, en el oriente de la entidad.
Solía pasar las tardes en la calle junto a otros niños, jugando a las escondidas, al fútbol, a lo que hubiera, recuerda su tío, José Romero.
Leo, como lo llaman, tiene 43 años. Estudió en la primaria de la comunidad Damián Carmona, donde cursó los primeros años de su formación. Migró a Estados Unidos cuando tenía entre 10 y 11 años. Fue su padre quien lo llevó a vivir con él y con sus hermanos al otro lado de la frontera.
“Al preguntarle cómo lo recuerda, José Romero comenta: “Le gustaba mucho jugar, así con todos sus vecinos jugaba, ahí a usar todo, como normal en aquel entonces, jugaba uno a las escondidas, a lo que sea; ahorita ya se olvidó todo eso”.
En entrevista con MILENIO, José compartió cómo era Leonardo antes de partir: un niño más de la comunidad, con amigos en la escuela, en la cuadra y entre los vecinos.
Leonardo tenía algo más de 30 años cuando regresó por última vez a Los Rodríguez para visitar a la familia y celebrar las fiestas decembrinas. Ya han pasado diez años desde aquella visita. No lo volvieron a ver.
Según su familia, Leonardo hizo su vida en Estados Unidos con su esposa, Natalia Venzor, y sus dos hijos. Uno de ellos, Carlos Jaime, de apenas dos años, sigue desaparecido junto con su madre. Su hijo mayor, Leonardo Jr., de 18 años, ya fue localizado y es atendidos en un hospital de Texas.
En entrevista con MILENIO, sus familiares aseguran que Leo es el único originario de San Miguel de Allende. Natalia, su esposa, es ciudadana estadunidense. Esto lo aclaran luego de que la Secretaría de Derechos Humanos del Estado informara que ambos eran guanajuatenses.
Leonardo trabajaba en un asilo de adultos mayores, donde ayudaba con curaciones y medicamentos.
“Trabajaba creo que en un asilo de adultos mayores. Sí, creo que cuidaba allí a adultos mayores en ese lugar, los ayudaba con medicamentos, con curaciones y eso”, comenta don José Romero mientras hace memoria.
Recuerda que la última vez que se tuvo contacto con Leo fue justo el 4 de julio, día de las inundaciones, pero apenas quiere dar detalles.
“Sabemos de esto por más familiares que tenemos allá. Ellos nos han pasado comunicado. O sea, noticias de cómo van, que no lo encuentran, pero ya nos comunicaron que encontraron sus… algunas pertenencias, la ‘traila’ donde vivían”, relata.
Ese 4 de julio, Leonardo, su esposa y su hijo menor fueron reportados como desaparecidos en Texas. Su hijo mayor, Leonardo Jr., fue localizado con vida cerca de la casa rodante donde vivían. La unidad, una ‘traila camper’, fue encontrada con algunas pertenencias de la familia.
“Estamos apenas saliendo de esto. Tiene apenas un mes que mi hermana murió y ahorita sucede esto con mis sobrinos y pues no ‘salemos’ todavía y ya nos pasa esto”, dice.
En cuanto al contacto con autoridades locales en México, José menciona que han sido respetuosos y que la familia está a la espera de información oficial.
“Sí nos comentaban que si queríamos algo, ¿qué ocupábamos? Por ahorita nada más lo que estamos esperando es que los encuentren, ya encontrándolos, pues ya se encuentran sus cuerpos o los encuentran vivos, que esperemos que esté vivo, entonces pues ya ahí sería la ayuda, porque pues ahorita no sabemos todavía nada”, comenta.
José Luis Aguado, vecino de Leonardo, recuerda haberlo conocido desde niño. Dice que Leonardo y sus hermanos fueron llevados a Estados Unidos siendo pequeños, y que sus padres eran originarios de la zona.
“Él vivía aquí, yo lo miraba, chiquillo, chiquillo. Aquí y después se fueron los papás de Estados Unidos, arreglaron y se los llevaron a ellos chiquillos. Pero toda esa gente, pues sí, era de aquí de Rodríguez”, recuerda.
Al preguntarle cómo lo recuerda, dice: “No, pues los chavos a mí hasta me buscaban morrillos y pues yo hasta me andaba encariñando de ellos porque eran muy buenas gentes con uno. Los niños nunca te faltaban al respeto”.
Aguado rememora que los padres de Leonardo se dedicaban al comercio y que eran originarios del rancho La Medina.
“Ellos vienen de un rancho, de La Medina, la miraron a un lado del rancho de don Bosco y ahí su papá don José, que era su papá de ellos, también tenía una tiendita allá y pues él era a lo que se dedicaban todos ellos”.
Otra vecina, María Dolores, describe a Leonardo como un niño tranquilo, que solía jugar con sus vecinos o visitar a una tía que vivía en el centro de San Miguel.
“Pues es familia bien, familia que nos llevamos aquí todos bien, y pues a ellos los conocimos desde chiquitos antes de que se fueran”.
Entre las calles Benito Juárez, Niños Héroes y Allende, en la comunidad de Los Rodríguez, se levanta una estructura modesta: paredes pintadas de blanco, un portón de rejas negras y un letrero que dice “Escuela Primaria Damián Carmona”.
Ese fue el plantel donde Leonardo Romero dio sus primeros pasos en la educación formal, años antes de migrar a Estados Unidos.
En esta escuela comunitaria, Leonardo cursó la primaria. Fue en estas aulas donde aprendió a leer y escribir, donde convivió con sus compañeros y comenzó a construir su historia fuera del hogar. Hoy, mientras su familia lo busca tras su desaparición en Texas, su nombre vuelve a resonar en la comunidad.
El señor José Luis Aguado, vecino de Los Rodríguez, recuerda los orígenes de esta escuela. Dice que ya existía cuando Leonardo era niño, y que, al igual que otros habitantes de la zona, no había más opciones para cursar la educación básica.
“Después de estudiar, porque yo hasta la estrené, fíjate, imagínate. Y ya son 60 años y me tocó estrenar la Damián Carmona”, recuerda.
El gobierno municipal de San Miguel de Allende cuenta con un fondo de apoyo para migrantes, que podría activarse en caso de que la familia Romero solicite respaldo tras la desaparición de tres de sus integrantes en Texas, informó el alcalde Mauricio Trejo Pureco.
“Yo lo dije hace poco más de un año: en San Miguel de Allende teníamos un fondo de apoyo para todos nuestros hermanos migrantes en caso de que tuvieran alguna tragedia o que pudieran ser deportados. Ese fondo les ayuda para solventar un poquito los gastos que ya de por sí están enfrentando, porque las situaciones son incómodas para ellos”, explica.
Este fondo está destinado a situaciones excepcionales que afecten a sanmiguelenses radicados en Estados Unidos, y el municipio está preparado para canalizar recursos o apoyos en cuanto la familia lo requiera.
Agrega que ya se dio un primer acercamiento con los familiares que permanecen en San Miguel, y que dicho contacto se ha hecho con respeto y cautela. Por ahora, la familia no ha solicitado apoyo formal al gobierno municipal. Sin embargo, Trejo señala que el municipio se mantiene atento y listo para actuar.
Por lo pronto, la Dirección de Protección Civil de San Miguel de Allende continúa en contacto con autoridades de Texas, en espera de nueva información sobre el paradero de Leonardo Romero y su familia.
“Con la esperanza todavía a este momento de que podamos encontrar a los otros tres miembros de la familia con vida”, finaliza.