Ciudad Victoria, Tamaulipas.– Decir Gorditas Doña Tota, es hablar de Ciudad Victoria.

Las emblemáticas gorditas son toda una tradición en la Capital de Tamaulipas.

Por esa razón, este ícono de la población victorense ya tiene una calle con su nombre en esta ciudad.

Y así, la nostalgia, mezclada con el sabor y la tradición; con el sello de una comunidad una de Ciudad Victoria fue nombrada como «Privada Doña Tota», en honor a la mujer que conquistó con el sazón de sus guisos y con una creación que ha marcado a muchas generaciones, pero sobre todo, ha puesto en alto el nombre de esta Capital.

La ceremonia de apertura de esta privada fue encabezada por María Santiago de Villarreal, quien estuvo acompañada por la familia Martínez de León, herederos del legado que Doña Tota forjó con su visión.

En ese sentido, vecinos de la zona, empleados de esta empresa y victorendes en general se sumaron al homenaje que, a través de esta calle hicieron a Doña Tota.

La fundadora de este negocio gastronómico dejó una huella imborrable en el gusto y tradición de la ciudad.

A grado tal, que ha traspasado fronteras para poner en el mundo, no solo su creación de comida tradicional, sino el de la Ciudad: «De Ciudad Victoria para el mundo», dice en letreros grandes cada establecimiento de Gorditas Doña Tota en las ciudades de México y el extranjero.

Y, lo que comenzó como un pequeño puesto, se convirtió en símbolo de la comida tradicional del noreste mexicano.

Por eso, llamar Privada Doña Tota a ese tramo entre el 5 y 6 Berriozábal no es un simple acto administrativo. Es un tributo vivo a la mujer que convirtió el maíz en legado.

Ahora, cada paso que se dé por esa calle será un recuerdo: de la abuela, del antojo, de la tierra.

Porque hay historias que no se escriben con tinta, sino con sabor.