Cuatro militares responsables de la muerte de cinco jóvenes y de herir a otros dos en Nuevo Laredo en febrero de 2023 fueron sentenciados a 40 años y 9 meses de prisión, según informó el abogado de las víctimas, Edgar Netro Acuña.
La sentencia fue dictada por el juez Juan Gonzaga Sandoval en el Centro de Justicia Penal Federal de Reynosa.
Además de la pena carcelaria por homicidio calificado y homicidio calificado en grado de tentativa, el juez ordenó al comandante del Décimosexto Regimiento de Caballería ofrecer una disculpa pública a los familiares de las víctimas.
Esta medida busca reivindicar la memoria de los jóvenes, quienes fueron injustamente criminalizados tras el incidente, luego de que los militares intentaran plantarles armas.
La Fiscalía General de la República (FGR) determinó que Juan Carlos Gámez Mendoza, Agustín Cornelio Sánchez Reyes, Bernardo Reyes Sánchez y Jorge Nicolás López fueron los autores de los disparos.
Los cuatro militares presenciaron la lectura de su sentencia por videoconferencia desde el Campo Militar Número 1, donde permanecen bajo custodia de la Guardia Nacional a la espera de la resolución definitiva de su caso.
El abogado Netro Acuña y José Roberto Puente Martínez se reunieron con los familiares de las víctimas para comunicarles la sentencia condenatoria.
Los jóvenes asesinados, quienes celebraban un futuro paternidad, fueron perseguidos y acribillados sin motivo aparente por elementos del Ejército Mexicano.
Los sobrevivientes del ataque fueron cruciales en el juicio que culminó con la declaración de culpabilidad de cinco de los 16 militares inicialmente arrestados.
La defensa de los sentenciados apeló la decisión ante el Tribunal Colegiado de Circuito, y se anticipa que podrían recurrir al amparo directo ante la Suprema Corte.
Sin embargo, la solidez de las pruebas presentadas durante el juicio, incluyendo peritajes, testimonios y análisis forenses, refuerza la sentencia.
Durante el juicio, el capitán Elio Conde Toledano, comandante del grupo militar implicado, testificó que los cuatro cabos sentenciados dispararon sin recibir órdenes superiores.