“Generalmente, las experiencias nos van marcando, experiencias desde la infancia, de abandono, de problemas familiares, de circunstancias dolorosas, abusos, etcétera. Hacen que nuestra autoestima, nuestro autoconcepto, se vaya mermando y que obviamente haya desconfianza ante las otras personas”.

Angelina Guerrero. 

Uno de los casos de transformación observados es el de Alejandra, una interna que pronto obtendrá su libertad. “Esta chica, de hecho, ya está a punto de salir este año, en mayo sale, y algo que de verdad hemos visto (son) resultados en su comportamiento. Ya permite que se le acerquen, se toma fotos con nosotros y todo ha sido a través de que ella ha estado cuidando a los gatitos. Ella le ayuda a Sara a cuidarlos, a darles de comer”, señaló Peralta León.

Para los expertos, los beneficios de la convivencia con animales van más allá del acompañamiento emocional. 

“Puede ser capaz de desarrollar el respeto. El respeto es una palabra mágica, y a veces ni he sido respetada, ni he aprendido cómo respetar. Y la mascota en este sentido me daría la oportunidad de desarrollar eso, por las cualidades inherentes de su especie”.

Angelina Guerrero.

Actualmente, en las cárceles de la Ciudad de México hay 25 mil 788 Personas Privadas de su Libertad, de acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). La diputada Peralta León mencionó que en Estados Unidos ya se han implementado programas similares con éxito, combinando la reinserción social con la atención a la salud mental a través de terapias con gatos y perros.

El programa de “gatoterapia” contempla garantizar la alimentación y atención médica de los felinos, así como la creación de un padrón oficial para su control y bienestar dentro de los reclusorios. Con ello, se busca consolidar esta alternativa como una herramienta de apoyo emocional y rehabilitación para los internos de la capital mexicana.