Mientras en México algunos prefieren guardar silencio, minimizar o incluso justificar la presencia del crimen organizado en la política, desde Washington las advertencias suenan cada vez más fuertes.
Ciudad de México.- Mientras en México algunos prefieren guardar silencio, minimizar o incluso justificar la presencia del crimen organizado en la política, desde Washington las advertencias suenan cada vez más fuertes.
La cadena de suministro y distribución de fentanilo, según dijo Trump, está profundamente ligada a los cárteles que operan en México con total impunidad, como el referido caso del exsubsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja.
Fue una estrategia fallida
El empresario Jorge Dávila fue enfático al señalar las consecuencias económicas de la narcopolítica mexicana.
“La política de ‘abrazos, no balazos’ del sexenio pasado es evidente que no funcionó y es evidente que se incrementó el problema del narcotráfico, los enfrentamientos y la inseguridad”, advirtió el dirigente empresarial.
En ese contexto, cobra aún más fuerza la denuncia presentada por el PAN Coahuila, que señaló directamente a Ricardo Mejía Berdeja como un narcopolítico.
La acusación no solamente pone en entredicho su papel como exsubsecretario de Seguridad Pública federal, sino también lo vincula con operadores financieros del crimen organizado, como el que fue ejecutado en Jalisco tras su campaña fallida a la Gubernatura de Coahuila.