Al llegar a Monclova, Suzanne y Harold se encontraron con un lugar sin mucha infraestructura y lejos de la Europa sofisticada que conocían, pero con una visión clara: debían dar lo mejor de sí para contribuir al crecimiento de la ciudad. Suzanne se dedicó a emprender, siempre buscando aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Suzanne Robert Blanche nació en París el 31 de julio de 1897, hija de Napoleón Eugene Robert y Ernestina Clarisse Verdín. Desde joven mostró un gran interés por la moda y el arte, y a los 12 años ganó un premio en un concurso de dibujo. A los 16 años ingresó a la escuela de modas de Caroline Roboux, donde se especializó en el diseño y confección de sombreros, que en esa época eran el accesorio principal en París.
A los 17 años, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, Suzanne se sintió atraída por la aviación, una disciplina novedosa en ese entonces. Los aviones eran utilizados como medio de comunicación entre los combatientes, y Suzanne los vio como una forma de acercarse a la experiencia de volar.
Tras la guerra, en los años 20, conoció al piloto Paul André Chicoineau, con quien se casó en 1926. Sin embargo, él murió en un trágico accidente aéreo al año siguiente. En lugar de desanimarse, Suzanne se dedicó aún más a la aviación, obteniendo su licencia de piloto. En 1931, realizó una histórica expedición aérea desde París hasta Marruecos.
Al regresar a París, retomó su pasión por el diseño de sombreros en la boutique Roboux, y luego abrió su propio taller de moda, “Louise Bourbon”, de donde proviene su apodo "Lou". Fue durante estos años cuando conoció a Harold R. Pape, quien trabajaba para la empresa ARMCO. El 14 de mayo de 1934 se casaron en París.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la ocupación alemana de París en junio de 1940 llevó a la pareja a abandonar Francia en busca de un nuevo comienzo en los Estados Unidos, que representaban para ellos un refugio de libertad. En enero de 1941, zarpaban desde Lisboa hacia Nueva York, donde llegaron 12 días después.
A los 44 años, Suzanne enfrentaba ya dos guerras mundiales, la pérdida de un esposo, un nuevo matrimonio y la decisión de comenzar una nueva vida en un continente desconocido. Este espíritu de valentía y resiliencia la convirtió en una mujer admirada por su capacidad de adaptación y por su temeraria determinación.
En 1942, apenas un año después de llegar a Nueva York, la empresa de Harold Pape lo envió a un nuevo proyecto en el norte de México. Aunque la mudanza a Monclova, Coahuila, representó un desafío y un desconocido territorio, para Suzanne fue una nueva aventura. A pesar de las dificultades, se comprometió con su esposo a hacer de Monclova un lugar próspero y lleno de oportunidades.
Al llegar a Monclova, Suzanne y Harold se encontraron con un lugar sin mucha infraestructura y lejos de la Europa sofisticada que conocían, pero con una visión clara: debían dar lo mejor de sí para contribuir al crecimiento de la ciudad. Suzanne se dedicó a emprender, siempre buscando aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Su vida con Harold R. Pape fue un testimonio de amor y entrega. Como ella misma lo expresó:
"El resumen apasionado de la vida de dos seres en el camino de servir a los demás de acuerdo a sus capacidades."
Desde su llegada a Monclova hasta su muerte, Suzanne nunca dejó de luchar por hacer de su nueva vida y de su nueva comunidad algo significativo, mostrando siempre su carácter emprendedor y su incansable dedicación.