Monclova, Coah.- Como cada año, José Rodrigo Rodríguez Domínguez de 59 años, llegó al panteón Guadalupe a visitar la tumba donde yacen los restos de su mamá Antonia Domínguez Zapata, de su papá Fidencio Rodríguez Cervantes y de su hermano Armando Rodríguez Domínguez.

“Los tres están aquí, cada año vengo a dejarles flores, mi mamá tiene como 26 años que murió, papá como 14 y mi hermano ha de tener como 5 años que falleció, todos fallecieron de enfermedad”,

dijo José Rodrigo, que llegó de la colonia Calderón al panteón Guadalupe en la Avenida Acereros para arreglar la tumba de su familia y ponerle una ofrenda floral.

“Ya ve que se acuerda uno de ellos aunque estén fallecidos, no dejan de ser familia, nosotros nos quedamos en la tierra pero ellos ahora están en el cielo”.

“Yo estoy seguro que mis familiares están en el cielo, el muchacho estaba soltero y mi mamá y mi papá se casaron y nos criaron casi a 11 hijos, ya quedamos cuatro, mis hermanos están en otras tumbas, también a ellos voy a darles una vuelta, son recuerdos que nos dejaron nuestros antepasados”, dijo.

Una tradición

Martina Ponce García, de Estancias de Santa Anna, llegó la mañana de ayer al panteón Guadalupe acompañada de sus nietos y su hermana para visitar la tumba donde se encuentra sepultado su padre Jesús Ponce Castro, que falleció en 1976 cuando Martina tenía 9 años y desde entonces cada año lo visita.

“Todos hemos estado viniendo cada año, nunca se nos olvida, es una tradición y como mi mamá nos inculcó, nunca hay que olvidar, al contrario siempre hay que estarlos recordando”,

dijo Martina, que señaló que en 47 años que lleva de estar visitando la tumba de su padre, ha visto que cada vez es más gente la que adopta la costumbre de visitar a los difuntos el Día de Muertos.