No deben dar oportunidad a ‘tentar’ a personal de hoteles, consideró Armando de la Garza.
Monclova, Coah.- “Yo no sé a quién se le puede ocurrir dejar en una habitación de hotel, 6 millones de pesos en una maleta, pensando que no pudiera tener problemas”, manifestó el empresario hotelero Armando De la Garza Gaytán, con referencia al caso de dos camaristas de un hotel de Monclova que robaron 1.5 millones de pesos a un huésped.
Sostuvo que si bien es cierto que el hotel tiene la responsabilidad de brindar seguridad y probidad en el personal que atiende, en este caso de las camaristas, también lo es que un huésped, no puede dar la oportunidad a alguien que no sabe qué problemas económicos puede tener en su casa y se ve tentado con dinero o algo de valor en el cuarto.
Sostuvo que desde hace muchos años no se había presentando en Monclova un caso de camaristas que abusaran de la confianza de un hotel y del cliente, con una cantidad de dinero tan grande.
“Se me hace muy raro que alguien piense que puede salirse con la suya cuando tienes todos los datos registrados del personal, inclusive de familiares, porque en los hoteles pedimos referencias. Algo pasó ahí, se les hizo fácil y ahora van a tener que pagar las consecuencias”, dijo en alusión a las dos camaristas que robaron el dinero, una de las cuales ya está detenida.
El entrevistado comentó que los hoteles realizan muchos filtros para verificar que las camaristas sean personas honestas antes de contratarlas, ya que es un puesto estratégico porque tienen acceso a las habitaciones de los huéspedes.
Sin embargo, dijo, a los huéspedes siempre se les recomienda que si tienen bienes de valor los dejen en recepción para guardarlos en una caja fuerte, además de que en los hoteles de cuatro y cinco estrellas, siempre hay cajas fuertes dentro de las habitaciones, pero otra cosa es que los clientes no las utilicen y más si llevan 6 millones de pesos en una maleta.
De la Garza dijo que los hoteles de Monclova reciben pocos reportes de camaristas por parte de huéspedes por la desaparición de algo de valor en las habitaciones.
“Es muy raro, de repente un huésped te reclama que no encontró un bien, pero la mayor parte de las veces resulta que lo tienen en una bolsa o una maleta, o reclaman una prenda de vestir que por equivocación se fue en la ropa de cama que va a la lavandería”, agregó.