Monclova, Coah.- La historia de Monclova no puede contarse sin mencionar a Alonso de León, un hombre cuya visión y valentía dieron forma a esta ciudad. Nacido en 1640 en Cadereyta, Nuevo León, fue hijo de Alonso Pérez de León, un caballero originario de la Ciudad de México y sargento mayor, y de Josefa González, proveniente del Estado de Hidalgo. La familia se instaló en Nuevo León en 1636, sentando las bases de lo que sería una vida dedicada a la construcción y defensa de nuevos territorios.

El 12 de agosto de 1689, Alonso de León fundó Santiago de la Monclova, en un lugar donde apenas existían unas pocas viviendas que intentaban conformar la población de Nuestra Señora de Guadalupe. Pero Monclova no era aún una ciudad consolidada, y fue la perseverancia de De León lo que hizo posible su desarrollo. Distribuyó tierras, ordenó la construcción de viviendas y, al mismo tiempo, se ocupó de alejar las tropas invasoras del territorio que hoy conocemos como Texas.

Años después, el reconocimiento a su labor se materializó en un busto que se encuentra en la plaza que lleva su nombre en Monclova. Pero esta escultura también tiene su propia historia. Según el cronista de la ciudad, Arnoldo Bermea, cuando el entonces presidente municipal Policarpio Cárdenas ordenó la creación del busto, no se encontraron retratos ni referencias visuales del fundador. Incluso se consultó a una anciana que se decía descendiente de Alonso de León, pero tampoco ella pudo aportar una imagen precisa.

Ante esta falta de información, el busto se creó como una representación simbólica, basada en la idea de cómo pudo haber lucido el general. Lo más sorprendente ocurrió el día de la develación: al ver la escultura, la anciana descendiente rompió en llanto y exclamó: “Es igualito a como en realidad era el General Alonso de León”.

Así, entre historia y leyenda, la figura de Alonso de León sigue presente en Monclova, no solo como fundador y defensor del territorio, sino también como un símbolo de identidad y orgullo para sus habitantes.