La protesta, que buscó no interrumpir los servicios de salud, fue una muestra del hartazgo ante las severas condiciones de calor que se viven al interior del hospital.
Este martes por la noche, en punto de las 20:00 horas, trabajadores y derechohabientes de la Clínica 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizaron una manifestación pacífica a las afueras del Bloque B, justo al momento del cambio de turno del personal médico y del relevo de familiares.
La protesta, que buscó no interrumpir los servicios de salud, fue una muestra del hartazgo ante las severas condiciones de calor que se viven al interior del hospital.
De acuerdo con el personal de salud, las altas temperaturas han hecho insufrible la jornada laboral, al punto de que han tenido que recurrir a medidas emergentes para mitigar el calor, como el uso de bolsas de hielo, sueros y electrolitos, proporcionados solidariamente entre compañeros, con el respaldo del sindicato de trabajadores.
“Esto no es vida ni para los pacientes ni para nosotros. Nos estamos deshidratando dentro del hospital, y no hay una solución inmediata”, comentó un trabajador del área de urgencias, quien prefirió permanecer en el anonimato por temor a represalias.
Una de las denuncias más alarmantes surgió durante la manifestación: el regreso de pacientes dados de alta —particularmente aquellos con pie diabético o lesiones que requieren curaciones frecuentes— que han presentado complicaciones severas por el calor.
En algunos casos, incluso han sido detectadas larvas en sus heridas debido a las condiciones insalubres provocadas por la temperatura extrema.
“Esto ya es una situación de salud pública. No se puede dar de alta a un paciente sin garantizar que tendrá seguimiento adecuado, y mucho menos si va a regresar en peores condiciones”, enfatizó el trabajador.
El malestar también alcanzó a los familiares, quienes se han visto obligados a comprar abanicos de pedestal, conocidos como “lanza llamas”, para poder soportar el ambiente dentro del hospital.
Muchos de estos aparatos han sido ingresados por los propios familiares, ante la ausencia de aire acondicionado en las áreas comunes y en las distintas salas de los pisos 1, 2 y 3.
La situación se agrava por el cierre de los dos quirófanos del Bloque B, lo que ha generado retrasos considerables en cirugías programadas.
De momento, algunas intervenciones se han trasladado al quirófano de Ginecología, lo que representa una solución parcial y genera un cuello de botella en los servicios.
De acuerdo con los manifestantes, el IMSS ha prometido resolver el problema del sistema de enfriamiento a más tardar este jueves.
No obstante, los trabajadores han sido enfáticos en que, si no se cumple con esta promesa, las protestas continuarán.
“No estamos pidiendo lujos, estamos exigiendo condiciones dignas para trabajar y para atender a nuestros pacientes”, sentenció una enfermera presente en la protesta.
La manifestación de este martes pone de relieve una crisis que, lejos de ser un hecho aislado, refleja el deterioro en la infraestructura de salud pública y la necesidad urgente de respuestas inmediatas por parte de las autoridades del IMSS y del Gobierno Federal.
