El padre Néstor Martínez, párroco de la iglesia Santiago Apóstol en Monclova, ofreció una reflexión profunda sobre el mandamiento nuevo que Jesús entrega a sus discípulos: “ámense los unos a los otros como yo los he amado”.
Monclova, Coah.- El padre Néstor Martínez, párroco de la iglesia Santiago Apóstol en Monclova, ofreció una reflexión profunda sobre el mandamiento nuevo que Jesús entrega a sus discípulos: “ámense los unos a los otros como yo los he amado”.
Con un tono cercano pero firme, el sacerdote explicó que, aunque el amor al prójimo ya estaba presente desde tiempos antiguos —como se encuentra en el libro del Deuteronomio—, Jesús aporta una novedad radical al redefinir la forma de amar.
“El amor del que habla Jesús no es cualquier amor”, puntualizó el padre Néstor. “Nos está hablando del amor más alto, el amor ‘ágape’, ese que se entrega sin esperar nada a cambio”.
Durante su homilía, el padre hizo una clara distinción entre los tres tipos de amor mencionados en la Biblia: el eros, que busca el beneficio propio; la filia, que implica afecto mutuo pero aún puede estar condicionado por intereses; y el ágape, el amor perfecto, que se dona sin condiciones ni intereses personales.
“Ese es el amor con el que Jesús nos amó en la cruz”, dijo, recordando que Cristo no pidió condiciones ni esperaba recompensa alguna al entregar su vida.