Brenda pide más programas del gobierno y que las empresas den oportunidades, asegura que la discapacidad no los define, tienen capacidades y sueños, y solo necesitan que se les dé una oportunidad para demostrarlos.
Monclova, Coah.- Brenda Robles vive en Praderas del Sur, su hijo Alejandro tiene siete años y padece parálisis cerebral, hidrocefalia y displasia broncopulmonar, salir con él en silla de ruedas es complicado, dice, por la falta de cultura, rampas y calles accesibles.
Señaló que muchas veces ha tenido que esperar varios semáforos para cruzar una calle, la gente no respeta los espacios, ni siquiera cuando están marcados, además comenta que las miradas también pesan, pues aún hay quienes los ven con lástima.
En la escuela Monclova 400, Alejandro ha sido bien recibido, los niños lo cuidan y respetan, pero los adultos, dice Brenda, son quienes muestran más rechazo, por eso cree que se deben hacer campañas para generar empatía, incluso simulando un día en silla de ruedas.
Solo reciben apoyo con una beca bimestral, pero las terapias cuestan casi mil pesos por semana, entre transporte y atención, muchas familias, como la suya, dependen del apoyo de parientes para poder continuar.
Brenda pide más programas del gobierno y que las empresas den oportunidades, asegura que la discapacidad no los define, tienen capacidades y sueños, y solo necesitan que se les dé una oportunidad para demostrarlos.