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Noche de Historias y Leyendas en El Polvorín

Exponen relatos fabulosos a través de narraciones y material audiovisual

Exponen relatos fabulosos a través de narraciones y material audiovisual
El museo El Polvorín fue inaugurado el 12 de agosto de 1977 y para celebrar su aniversario se realizó un ciclo de conferencias. | FIDENCIO ALONSO
Juan Ramón Garza
ZOCALO | MONCLOVA
08-14-2023
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Monclova, Coah.- Con un evento denominado “Noche de Historias y Leyendas”, el Museo de Artes y Aspectos Históricos “El Polvorín”, celebró ayer su 46 aniversario de funcionamiento.

Alberto Luna, coordinador del museo, recordó que fue inaugurado el 12 de agosto de 1977, y por eso durante toda la semana se realizó un ciclo de conferencias relacionadas con Monclova.

Y ayer tocó el turno de Noche de Historias y Leyendas, las cuales se contaron con narraciones apoyadas con fotografías por videos en una pantalla que se instaló en la sala 5 del museo.

Una de las leyendas que se expusieron es la del “Callejón del Diablo”, ubicado en lo que ahora es la calle Jesús Barrera, pero que en el año 1720 era una calle cerrada que bajaba al río Monclova.

En aquellos tiempos las procesiones de Semana Santa se hacían a puertas cerradas, participaban puros caballeros que daban golpes al Nazareno de mentiras bañado en sangre, hacían las llamadas acuestas y salían por las calles, pero estaba prohibido asomarse a ver la procesión.

Cuenta la leyenda que en el Callejón del Diablo había dos jóvenes nada santas que se empezaron a asomar, querían ver la procesión sin ser vistas, cuando un elegante caballero con sombrero totalmente vestido de rojo les empezó a coquetear y les ofreció un regalo cubierto con papel china.

Las dos mujeres aceptaron el regalo y al abrirlo se dan cuenta que son dos canillas de muertos y que el caballero es el Diablo en persona que se las quiere llevar.

Las mujeres se desmayaron de la impresión, y como eran costureras, una de ellas traía unas tijeras en la bolsa, y caen en forma de cruz en su pecho, y por eso el Diablo se sale de ahí pero volando y dejando un olor a azufre.

Después toda la población se empieza a dar cuenta que en esa calle se aparece el Diablo, a veces en forma de chivo prieto o de gato echando chispas por los ojos, ante lo que nadie pasa por ahí.

Esto hasta que un sacerdote echó aguas lustrales y desde entonces ya no se apareció el Diablo.

Fue en la primera administración del alcalde Carlos Alberto Páez Falcón cuando a esa calle se le puso el nombre de Jesús Barrera, después de que muchas voces clamaron a la Iglesia que se le quitara el nombre del Callejón del Diablo.

De almacén, a garita y museo

El Polvorín se construyó del año 1777 al 1781 para guardar la pólvora con la que se defendía al pueblo de Santiago de la Monclova de los ataques de los apaches.

Después funcionó como Garita, en la cual se cobraban impuestos a todas las carretas que pasaban por el camino real para vender lo que fuese.

Posteriormente en el edificio se instaló la primera escuela para niños de Monclova en el año 1918 y luego se acondicionó como hospital de sangre.

Finalmente el 12 de agosto de 1977 inició funciones como Museo de Armas y Aspectos Históricos “El Polvorín”.

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