Una madre con su uniforme puesto, como oficial del 105/o. Batallón de Infantería.
Monclova, Coah.- Son las 6:30 horas, la soldado Grecia Estefanía Ramírez Carrillo ya está lista para iniciar la misión.
Ya tiene su uniforme puesto, como oficial del 105/o. Batallón de Infantera.
‘Marcha’ a la cocina de su hogar, y con precisión y pericia propias de la milicia, prepara los desayunos para sus dos ‘cadetes’: Sus hijos; Adrián de 9 años y Ángel de 2 años.
Con la puntualidad de un general, pero el calor de una madre, ‘despliega’ a Adrián en la escuela primaria Coronel Pablo Dionisio Mejía, ubicada dentro de las instalaciones del cuartel y donde el infante cursa el cuarto año.
Luego, sale del Batallón y lleva a Ángel a un maternal ubicado en Ciudad Frontera; la primera parte de la ‘Operación Mamá’ ha sido cumplida.
En el marco de la celebración del 10 de Mayo, la soldado auxiliar oficinista, Ramírez Carrillo afirma que, para las madres que además trabajan, la clave para salir adelante es la organización.
Criando a ‘sus cadetes’
Grecia Estefanía es originaria de Mérida, Yucatán, y hace aproximadamente cuatro meses arribó al cuartel ubicado en la Ciudad del Riel, donde desempeña labores administrativas del Batallón.
“Ingresé a las Fuerzas Armadas por varias razones, incluyendo el deseo de servir a mi país, la oportunidad de desarrollar habilidades profesionales y la posibilidad de disfrutar de beneficios como formación y estabilidad laboral”, menciona la joven madre, en entrevista.
Sobre la manera en que compagina su carrera militar con su rol de mamá de dos niños, consideró que la preparación del Ejército sí influye en la manera en que cría a sus vástagos.
“La preparación militar y la vida militar en general tienen un impacto significativo en el hogar y en la crianza de los hijos”, dijo, reconociendo que su carrera puede implicar estar ausente, en algunas ocasiones.
“La ausencia física y emocional pueden generar cambios en las rutinas y actividades, pero con el apoyo adecuado y la comunicación se pueden enfrentar estos desafíos”, añade, en este tenor.
‘La clave está en la organización’
“¿Qué es lo más difícil de ser mamá?”, se le pregunta, sobre un panorama general de la maternidad.
“La falta de tiempo, la presión de querer hacerlo todo bien… criar un hijo requiere mucho tiempo y energía”, responde, dejando a un lado, por un momento, el semblante serio y disciplinado propio de su uniforme, para mostrar un poco de la vulnerabilidad de una madre que trabaja arduamente por sus retoños.
“Para las madres que combinan su carrera con la maternidad, la clave está en la organización”, añade.
“Identificar las tareas más importantes, tanto en el trabajo como en la casa”, agrega, mostrando nuevamente la disciplina militar en la rutina con sus hijos.
‘Afecta la ausencia’
“¿Adrián le ha dicho si quiere ser militar?”, se le inquiere a Grecia Estefanía.
“No… él desde chiquitito vio que yo ingresé al Ejército y ha sido una tarea un poquito difícil. Ser mamá no es nada fácil… no es nada fácil compartir la maternidad con el Ejército”, reitera.
“Y esa distancia que hemos tenido por el trabajo y cuestiones así, como que él ha apartado esa idea de querer ser militar… pero en ocasiones ha dicho ‘sí quiero’, agrega.
¡Misión cumplida!
Son las 1600 horas, la soldado Ramírez Carrillo ha concluido su jornada laboral en el Batallón.
Llega a comer a su casa, mientras platica con Adrián y Ángel sobre su día en la escuela.
“Después de platicar nos ponemos a hacer la tarea”, relata Grecia, en un tono que nuevamente se torna cálido, maternal.
“El grande”, dice, refiriéndose a Adrián, “va a Taekwondo, lo llevamos y regresamos a casa”.
“Preparo la cena, alistamos los uniformes, nos bañamos y nos acostamos a dormir”, agrega, como dando parte del final de la misión, que se repetirá al día siguiente.