La familia, que debería estar celebrando el cumpleaños de la pequeña Reina, ahora debe dividir su tiempo entre los cuidados médicos y la búsqueda de justicia.
Monclova, Coah.- Postrada en una cama en su casa mientras se recupera de graves lesiones cerebrales, Yamilé Alonso Jiménez lucha no solo contra el dolor físico, sino también contra la impotencia tras la liberación del hombre que provocó el accidente donde perdió a su esposo Marco García.
"Pues me siento muy mal, porque ¿quién se va a hacer cargo de mi hija?", expresó con voz entrecortada Yamilé, quien apenas puede incorporarse debido a la inflamación cerebral que padece como secuela del impacto.
A su lado, su madre, Teresita Jesús Jiménez González, sostiene los costosos tratamientos médicos que ahora deben enfrentar sin el sustento económico que Marco proporcionaba.
La tragedia golpea doblemente a esta familia cuando, tras comprobarse la culpabilidad del responsable mediante pruebas y su propia confesión, la jueza decidió dejarlo en libertad.
"Es injusto, es injusto y más que nada el burlarse de nosotros, al último de la audiencia él se estaba burlando", relató indignada Teresita, quien no puede contener las lágrimas al recordar la actitud del responsable.
La historia de amor entre Yamilé y Marco, que comenzó en redes sociales y se consolidó en un matrimonio de cuatro años, quedó truncada abruptamente, dejando a la pequeña Reina, de apenas dos años, sin el padre que "todo les daba a manos llenas".
Marco no solo era un buen trabajador en Gunderson como soldador, sino que además construía con sus propias manos el hogar familiar en el ejido Fresnillo.
"Me estaba haciendo mi casa, me alcanzó nada más echar la placa, él mismo", recuerda Yamilé desde su cama, mientras los tratamientos de 8 mil 500 pesos se acumulan junto con la incertidumbre sobre el futuro.
La familia, que debería estar celebrando el cumpleaños de la pequeña Reina, ahora debe dividir su tiempo entre los cuidados médicos y la búsqueda de justicia.
"Que recapacite", es el mensaje que Yamilé envía a la jueza, mientras su madre cuestiona un sistema que parece favorecer a quien, según testimonios vecinales, tiene antecedentes de conducción sin precaución y consumo frecuente de alcohol.
La familia anunció que buscará todos los recursos legales disponibles para apelar una decisión que consideran injusta, mientras Yamilé continúa su recuperación, aferrada al recuerdo del esposo "amable y cariñoso" que le fue arrebatado, y a la esperanza de que la justicia finalmente prevalezca por el futuro de su pequeña hija.