"El amor ‘ágape’, ese que se entrega sin esperar nada a cambio”.
Monclova, Coah.- Durante la celebración del V Domingo de Pascua, el padre Néstor Martínez, párroco de la iglesia Santiago Apóstol en Monclova, ofreció una reflexión profunda sobre el mandamiento nuevo que Jesús entrega a sus discípulos: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.
Con un tono cercano pero firme, el sacerdote explicó que, aunque el amor al prójimo ya estaba presente desde tiempos antiguos —como se encuentra en el libro del Deuteronomio—, Jesús aporta una novedad radical al redefinir la forma de amar. “El amor del que habla Jesús no es cualquier amor”, puntualizó el padre Néstor, “nos está hablando del amor más alto, el amor ‘ágape’, ese que se entrega sin esperar nada a cambio”.
Durante su homilía, el padre hizo una clara distinción entre los tres tipos de amor mencionados en la Biblia: El eros, que busca el beneficio propio; la filia, que implica afecto mutuo pero aún puede estar condicionado por intereses y el ágape, el amor perfecto, que se dona sin condiciones ni intereses personales. “Ese es el amor con el que Jesús nos amó en la cruz”, dijo, recordando que Cristo no pidió condiciones ni esperaba recompensa alguna al entregar su vida.
El Sacerdote invitó a los fieles a revisar en qué nivel de amor se encuentran y a trabajar espiritualmente para avanzar hacia ese amor desinteresado que transforma vidas; puso como ejemplo el amor de los padres hacia sus hijos: Una entrega diaria que no exige pago, sino que se realiza por convicción, por cariño y por una profunda responsabilidad amorosa.
Al concluir, el padre Néstor dejó una enseñanza clara y desafiante: “Deja tu egoísmo, ama; no pienses sólo en ti, piensa en el otro, y si lo haces así, te vas encaminando bien. Hazlo sin esperar nada a cambio, hazlo por amor”.
Con estas palabras exhortó a los presentes a vivir un cristianismo auténtico, donde el amor ágape sea más que un ideal y se convierta en una práctica diaria que testimonie la presencia viva de Cristo en cada persona.