Sacerdotes de la región coinciden en que el legado del Pontífice se centró en las personas como lo más amado por Dios y siempre promovió que se sacara a Jesús de los cuatro muros de los templos y se volviera a los que menos tienen.
Monclova, Coah.- El Papa Francisco promovió una Iglesia ‘de salida’, es decir, ‘sacar’ a Jesús de los cuatro muros de los templos y volver a los pobres, manifestó el padre, Alejandro Castillo Rodríguez, quien además consideró que el nuevo pontífice que sea electo, se enfrentará al reto de dar seguimiento a la labor impulsada por el Santo Padre, recién fallecido.
Con 83 años de edad y 57 años como sacerdote, el padre Alejandro -quien se considera semiretirado y actualmente vive en la colonia Hipódromo- ha estado cercano a los obreros, mineros y ejidatarios durante diferentes periodos de su vocación.
Oriundo de Zacatecas, para después avecindarse en Saltillo, llegó a Monclova en 1969, a un año de haberse ordenado como ayudante del párroco de Santiago Apóstol.
Luego, de 1973 a 1984, fue párroco de la iglesia de San Antonio de Padua, donde convivió con trabajadores de Altos Hornos y sus familias.
Posteriormente, durante 18 años, de 1984 a 2002, estuvo con los mineros de Nueva Rosita para después ser asignado a Cuatro Ciénegas y Ocampo, con fieles candelilleros y ejidatarios.
Juan Pablo II y Benedicto XVI
Entre sus memorias con los pontífices, el padre Alejandro recuerda que en 1979 estuvo presente durante la visita de Juan Pablo II a Monterrey, evento que fue definido como una actividad para el ámbito obrero.
En ese entonces, el párroco de San Antonio de Padua rememora, que un trabajador de Altos Hornos le obsequió al pontífice una coquilla -un instrumento para dar forma al acero fundido-.
Sobre ‘El Papa Peregrino’, lo recuerda como “un buen hombre, simpático, llegó a ser pontífice, Obispo de Roma, muy joven”.
Y respecto al sucesor de Juan Pablo II, Benedicto XVI, lo recordó como “un hombre académico, sabio. Muy… legalista, digamos. Sostuvo y fortaleció los cimientos doctrinales de nuestra Iglesia”.
‘El mundo ha entrado en una crisis’
En general, el padre Alejandro consideró que los pontificados más recientes han enfrentado una crisis global para impulsar el evangelio.
“Ya desde finales del papado de Juan Pablo II, luego Benedicto y más con el papa Francisco, el mundo ha entrado en una crisis global… no ha sido fácil ni para el papa, ni para los obispos, ni para los trabajos pastorales, no ha sido nada fácil avanzar, sostener, fortalecer y darle cauce a la espiritualidad del evangelio”, dijo, en este tenor.
“No solamente la Iglesia Católica, sino todas las organizaciones religiosas, también estamos participando de esta crisis global, de confusión, de extravío, de múltiples opiniones, de la presencia de las redes sociales que son muy buenas, pero también muy perniciosas”, sostuvo.
‘Fue Francisco un papa humanitario’
Sobre el papa Francisco, el padre Alejandro lo definió como ‘una sorpresa del Espíritu Santo’ y ‘un Papa humanitario’.
“En lo personal, creo que es el Espíritu Santo de Dios el que dirige y conduce nuestra iglesia. Entonces, (el Papa Francisco) es una sorpresa, no de las políticas y de los intríngulis de las ideologías y del cónclave, sino fue una sorpresa del Espíritu Santo”, refirió.
“Fue el primer Papa de fuera de Europa, fue el primer Papa desde América Latina, fue el primer Papa con una experiencia pastoral social y humanitaria”, enfatizó.
Sostuvo que el acercamiento de la monja Geneviève Jeanningros, amiga del pontífice, al féretro del Papa Francisco, -incidente ocurrido recientemente, en los funerales del Santo Padre- fue un símbolo de la cercanía de Francisco al pueblo.
A manera de anécdota, el entrevistado recordó que en octubre de 2018, apenas por un instante, estuvo frente al Papa Francisco, en Roma, a donde acudió con motivo de la canonización de San Óscar Arnulfo Romero, Obispo y Mártir por amor a los pobres, asesinado en El Salvador el 24 de marzo de 1980.
De esa experiencia, guarda con cariño una fotografía del pontífice, que él mismo le tomó con su celular, cuando pasaba frente a una multitud a bordo del ‘papamóvil’.
“El Papa Francisco intentó con todas sus ganas quitarse ‘el caparazón’, la sobreestructura, de una Iglesia milenaria”, añadió, sobre Francisco.
“Logró ser un Papa sencillo. Él dijo desde el principio: ‘Yo soy el Obispo de Roma. Tengo la responsabilidad de buscar, de trabajar por la unidad de todos los obispos del mundo, para formar una Iglesia más conforme al evangelio’. Fue un Papa pobre… se quitó las zapatillas especiales del Papa y se puso unos zapatos negros de cualquier marca”, resaltó.
“Fue un Papa pobre que quiso volver a hacer lo que San Juan XXIII, en 1963, con el Concilio Vaticano Segundo, se propuso y nos propuso: Una Iglesia pobre y para los pobres”, reiteró.
En este mismo contexto, sostuvo que Francisco buscó una repuesta frente a un mundo materialista, consumista y superficial; regresando a Jesús.
“Nos pidió una Iglesia ‘de salida’. Muchas veces lo dijo, tenemos que sacar a Jesús de los cuatro muros”, sostuvo, reiterando que el legado de Francisco fue volver al evangelio y volver a voltear hacia los pobres.
“Los templos son templos: Son edificios donde se reúne la Iglesia, y la Iglesia es la gente. No sólo la jerarquía, los obispos y monseñores, es la gente”, recalcó.
Los retos para el nuevo Pontífice
Sobre los retos para el próximo Papa, el padre Alejandro consideró que, en general, será continuar la labor impulsada por Francisco.
“Volver a la espiritualidad del evangelio en su más concentrada esencia. Volver a Jesús y seguir haciendo una Iglesia ‘de salida’. Una Iglesia donde participen más los laicos, las mujeres, no como ayudantes, auxiliares y gente buena y ‘mandable’, sino gente que haga propuestas”, refirió.
“Los cardenales están conscientes de eso… muchos fueron nombrados por el Papa Francisco y eso da cierta luz a ese rumbo que el Papa Francisco ha iniciado en nuestra Iglesia y en el mundo”, concluyó.