El futuro de AHMSA y de sus miles de trabajadores sigue en la incertidumbre, mientras el proceso de quiebra avanza y la venta de la empresa se perfila como la última oportunidad para reactivar la producción en Monclova.
El desplome de Altos Hornos de México (AHMSA), que en su momento fue la mayor productora de acero del país y oficialmente declarada en quiebra hace cuatro meses, responde a múltiples factores.
Durante un acto público en Frontera, Coahuila, el gobernador Manolo Jiménez atribuyó la crisis de la siderúrgica a un “pleito” entre el expresidente Andrés Manuel López Obrador y el empresario Alonso Ancira. Sin embargo, trabajadores de la empresa refutaron esta versión, argumentando que los problemas de AHMSA vienen de mucho antes.
Con la inminente venta de los bienes de AHMSA, unos 8 mil ex empleados han interpuesto distintas demandas. De ellos, 6 mil aún estaban activos cuando la empresa cerró sus operaciones y exigen el pago de más de dos años de salarios y finiquitos pendientes.
Uno de los representantes laborales, Torres Ávalos, líder del Grupo de Defensa de Trabajadores de AHMSA, creado en 2024 ante la falta de apoyo del Sindicato Democrático, señala que la caída de la empresa era previsible. Explica que, desde su privatización, AHMSA atravesó crisis cíclicas, mientras que Alonso Ancira enfrentó acusaciones de evasión fiscal y vivió dos exilios en el extranjero, principalmente en Israel, donde incluso mostró interés en una mina de cobre.
El síndico Aguilera Gómez está actualmente realizando el avalúo de los activos de AHMSA con la intención de vender la empresa de manera integral. Fuentes cercanas al proceso indican que hay tres grupos interesados en la adquisición, entre ellos Ternium y ArcelorMittal, dos gigantes de la industria siderúrgica.
El futuro de AHMSA y de sus miles de trabajadores sigue en la incertidumbre, mientras el proceso de quiebra avanza y la venta de la empresa se perfila como la última oportunidad para reactivar la producción en Monclova.
