Entrega Colectivo carta con los antecedentes que han marcado a Coahuila, para ser entregada al Papa.
Monclova, Coah.- Ofreciendo la bendición de parte del Papa León XIV a los feligreses de Monclova, el Nuncio Apostólico en México, representante del pontífice en el país, Joseph Spiteri, ofició una misa en la parroquia de Santiago Apóstol, acompañado por el obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González y por el párroco del templo y vicario de la Diócesis, Néstor Martínez.
Spiteri, quien sostuvo un encuentro con el Colectivo de Madres Buscadoras, Juntos en Acción por Nuestros Desaparecidos, Región Centro de Coahuila, dijo que; “muchos de los hermanos y hermanas desaparecidos no tenían nada que ver con la criminalidad, sino que fueron víctimas inocentes de la maldad”.
El grupo de madres de familia, encabezado por la presidenta Nancy Ramón Hernández y otra de las fundadoras, Rocío de Jesús, se reunieron con el representante del Papa León XIV en México y con el obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González, junto a una decena de integrantes del grupo en la parroquia del Verbo Encarnado, en la colonia Occidental de Frontera.
Durante el encuentro, De Jesús leyó un escrito con los antecedentes de desapariciones y violencia que ocurrieron en Coahuila entre 2010 y 2013, texto que entregaron a Spiteri y trascendió que éste, a su vez, lo entregará al Santo Padre en el Vaticano.
“Entre el 2010 y 2013, principalmente, Coahuila vivió una época oscura por la presencia del crimen organizado”, mencionó la integrante del Colectivo, refiriendo que un grupo criminal se dedicó a arrasar negocios y propiedades, además de que “decenas, quizá cientos de jóvenes”, fueron arrancados de sus familias, desapareciéndolos, con la anuencia de grupos policiacos e incluso políticos de diversos rangos.
“Es por eso que a década y media de esa etapa, empezamos a organizarnos para formar el colectivo de búsqueda Juntos en Acción por Nuestros Desaparecidos Región Centro Coahuila, que reúne a familias de la Región Centro, tal como su nombre lo indica, que tiene uno o más familiares desaparecidos”, prosiguió la mujer.
De la misma manera, reiteró que el objetivo del grupo es formalizarse como asociación civil para emprender búsquedas en fosas clandestinas, así como impulsar campañas que permitan localizar personas extraviadas que pudiesen estar vivas.
Trascendió igualmente, que el grupo busca brindar acompañamiento psicológico y espiritual a las familias que han padecido o padecen esta experiencia; dar a conocer apoyos para los descendientes de los desaparecidos y “dejar de escondernos y sentir vergüenza, porque la vergüenza la deben sentir los criminales, por ejecutar a sus hermanos”.
En el texto se establece también que el grupo busca consuelo y colaboración de parte de la iglesia y desestigmatización de parte de la sociedad, así como empatía y solidaridad.
Tras la lectura del texto, Rosa María Barrera Hernández, integrante del colectivo, ofreció su testimonio, sobre la desaparición de su único hijo, Nelson Iván Castro Barrera, cuyo paradero continúa siendo desconocido.
Luego del testimonio de la mujer, Spiteri reiteró que “para un servidor y para todos nosotros”, escuchar las experiencias descritas fue muy fuerte, sobre todo, dijo, “porque no tenemos soluciones qué ofrecer”.
“En estos casos, obviamente, nos sentimos todos impotentes, sin fuerza”, reiteró.
Sin embargo, acotó que “lo único que podemos hacer es ofrecer nuestra comprensión, nuestra solidaridad”, para que no se queden solas, sostuvo.
El Nuncio lamentó y reflexionó sobre el mal que puede existir en el corazón, cuando otros seres humanos son crueles con sus iguales, al ser todos hijos de Dios.
Y en general, reiteró que muchos de los hermanos y hermanas desaparecidos nada tenían qué ver con la criminalidad, sino que fueron víctimas inocentes.
Para concluir la actividad, Nancy Ramón entregó el texto leído por De Jesús al Nuncio, trascendiendo que Spiteri lo canalizará ante el Papa León XIV.