Falleció el sábado por causas naturales, dejando tras de sí un legado que se ancla profundo en la memoria colectiva de la ciudad.
Monclova, Coah.- Monclova despidió ayer a uno de sus más queridos y valiosos custodios del pasado; Ramón Williamson Bosque, cronista, historiador y fundador de la Sociedad Monclovense de Historia, falleció el sábado por causas naturales, dejando tras de sí un legado que se ancla profundo en la memoria colectiva de la ciudad.
Con una vida dedicada a documentar, proteger y difundir la historia local, Williamson Bosque impulsó en 1985 la creación de la Sociedad Monclovense de Historia, institución que este 2025 cumple 40 años de existencia, bajo su impulso, la sociedad se consolidó como un semillero de nuevos cronistas y guardianes del tiempo, convirtiéndose en punto de partida para generaciones interesadas en desentrañar el alma de Monclova a través de sus hechos, personajes y documentos.
“Ramón fue un hombre profundamente apasionado por la historia, pero más allá de su rigor como investigador, era un espíritu noble, auténtico y reservado, cuando hablaba, decía lo que pensaba, no tenía dobleces”, expresó Armando de la Garza, empresario monclovense y amigo íntimo de Williamson, con quien compartió décadas de amistad, viajes y vivencias fuera del escritorio y los archivos.
A pesar de su carácter introspectivo y reservado, De la Garza recuerda a un Ramón aventurero, que encontraba en la carretera la amistad y las charlas espontáneas, un escape vital, “viajamos a playas, a Disneylandia, a donde fuera, él no manejaba, pero estaba siempre ahí, no bailaba, no cantaba, pero estaba presente, su presencia era suficiente”.
Lo describe como un hombre de contrastes; erudito y juguetón, callado pero firme y con una sorprendente sencillez, poco común en alguien de su posición económica, “jamás presumió su nivel social, nunca lo vimos con ropa de marca ni autos costosos, era un tipo auténtico, de los que ya no hay”.
Más allá del título de cronista, Williamson fue un personaje entrañable entre sus amigos, quienes recuerdan sus arranques inesperados, su risa escondida, su curiosidad infinita.