Madre de tres e impulsora del cachibol en su ciudad, Guadalupe es un ejemplo de que envejecer no significa detenerse, al contrario, es una oportunidad para moverse, convivir y seguir viviendo con entusiasmo.
Monclova, Coah.- María Guadalupe Arzola, vecina de la colonia Héroes del 47 en Monclova, lleva 30 años jugando cachibol, un deporte que conoció cuando trabajaba en el IMSS como promotora social, al formar equipos con adultos mayores, encontró salud, alegría y un nuevo propósito, desde entonces no ha parado.
Forma parte del equipo Panteras, integrado solo por mujeres mayores de 50, viajan por todo el país a torneos nacionales con sus propios recursos, para ella el cachibol es salud, convivencia y libertad, “con la jubilación se me acomodó la vagancia, el deporte y la salud”, dice riendo.
Cuenta que sus hijos y nietos le dicen que no es una abuela normal, porque en lugar de tejer o cuidar niños, está entrenando y compitiendo, a sus 68 años se siente llena de vida, fuerte y feliz, “yo no me pienso quedar sentada, huimos de eso”, afirma.
Lamenta que muchos adultos mayores en Monclova estén encerrados y sin actividad, e invita a sumarse al deporte, asegura que mantenerse activo es una forma de no ser una carga para los hijos, que hoy trabajan todo el día.