Su presencia en una playa tropical como Arpoador es un fenómeno poco común; aunque desorientado, parecía estar en buen estado de salud
Un poco habitual visitante fue avistado el pasado sábado 29 de junio en la icónica playa de Arpoador, en Río de Janeiro: un pequeño ejemplar de pingüino de Magallanes nadaba plácidamente entre las olas, cerca de la orilla, en una ciudad más conocida por su calor tropical que por la presencia de estas criaturas patagónicas.
El pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus) es una especie de ave marina no voladora, característica de las costas frías del extremo sur de Sudamérica, particularmente en la Patagonia argentina, chilena y las Islas Malvinas.
De tamaño mediano, con un peso de entre 2.5 y 6 kg y una altura de unos 70 cm, se distingue por su plumaje blanco y negro, con una banda blanca en forma de herradura en el pecho. Es un excelente nadador, capaz de recorrer grandes distancias en el océano en busca de alimento, principalmente peces como sardinas y anchoas, así como calamares.
Su presencia en una playa tropical como Arpoador es un fenómeno poco común que causó preocupación entre biólogos marinos. Organizaciones ambientalistas locales, junto con autoridades, intervinieron para rescatar al pingüino, que parecía desorientado pero en buen estado de salud. Fue trasladado a un centro de rehabilitación de fauna marina para su evaluación antes de ser devuelto al océano.
Na última segunda-feira, 30, uma cena curiosa chamou atenção de quem aproveitava a praia do Arpoador, na zona Sul do Rio de Janeiro: um pinguim foi flagrado nadando entre os banhistas. pic.twitter.com/jVcFJ9WYnB
— Revista ISTOÉ (@RevistaISTOE) July 2, 2025
Según expertos, este pingüino probablemente se desvió de su ruta migratoria habitual, probablemente en busca de comida o simplemente por desorientación durante su navegación.
Los pingüinos de Magallanes realizan migraciones estacionales desde sus colonias reproductivas en la Patagonia hacia aguas más cálidas del Atlántico Sur durante el invierno austral (de junio a agosto). Estas migraciones los llevan a recorrer miles de kilómetros, llegando ocasionalmente hasta las costas del sur de Brasil, como las playas de Santa Catarina o Río Grande do Sul.
Sin embargo, avistamientos en Río de Janeiro, a unos 22° de latitud sur, son raros y sugieren que el animal pudo haber sido arrastrado por corrientes marinas inusuales o desviado en su búsqueda de alimento.
La corriente de Malvinas, que transporta aguas frías desde el sur, podría haber facilitado su llegada a latitudes tan septentrionales, pero las alteraciones en los patrones oceánicos, probablemente vinculadas al cambio climático, también podrían estar influyendo.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) clasifica al pingüino de Magallanes como “casi amenazado”, debido a la disminución de sus poblaciones por factores como la sobrepesca, la contaminación marina y el cambio climático.
La reducción de sus presas principales, como las sardinas, obliga a estos animales a recorrer distancias mayores en busca de alimento, lo que los expone a mayores riesgos, como el agotamiento o la desorientación. Además, el calentamiento de los océanos y las alteraciones en las corrientes marinas están modificando las rutas migratorias de muchas especies.
Si te encuentras con un pingüino de Magallanes u otra especie marina fuera de su hábitat habitual, debes actuar con precaución y responsabilidad para proteger al animal y garantizar tu seguridad.