El cachorro de dos meses fue resguardado por elementos de la SSC, luego de que su dueña admitiera que ya no podía cuidarlo; fue vestido con un pequeño uniforme como el de los policías
Policías de la Subsecretaría de Control de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México adoptaron a un cachorro de aproximadamente dos meses, al que nombraron Aquiles, dándole un nuevo hogar lleno de amor y cuidados en la alcaldía Cuauhtémoc.
El rescate ocurrió durante un patrullaje en el cruce de las calles Corregidora y Correo Mayor, en el corazón del Centro Histórico. Los oficiales observaron a una ciudadana acompañada de dos menores que, de manera accidental, lastimaban al perrito con una carriola.
Preocupados por su bienestar, los policías dialogaron con la mujer, quien aceptó entregar al cachorro de forma voluntaria al no poder hacerse cargo de él. De inmediato, los uniformados se organizaron para garantizar el bienestar de Aquiles.
Una mujer policía adquirió artículos esenciales como un tazón, croquetas, una correa y hasta un pequeño traje fosforecente, del mismo color del uniforme de la Policía de Tránsito, simbolizando su integración a la corporación. Ahora, Aquiles vive en la Dirección de Operación Vial Zona 2 Centro, donde recibe atención, alimento y mucho cariño, además de encontrarse en buen estado de salud.
Apenas hace menos de un mes, el 30 de julio de 2025, los policías de la misma corporación rescataron a una perrita criolla, apodada Fritzia, de los peligrosos carriles centrales del Viaducto Miguel Alemán, en la alcaldía Cuauhtémoc. La canina, desorientada y asustada, corría entre los vehículos a la altura de la calle Doctor José María Vértiz, en la colonia Buenos Aires, cuando ciudadanos alertaron a los oficiales.
Los uniformados lograron rescatar a la perrita, que se había escondido bajo un automóvil. Tras brindarle agua y comida frente a una tienda de conveniencia, esperaron varias horas por su dueño, pero nadie la reclamó. Los policías decidieron adoptarla temporalmente, nombrándola Fritzia.
Al día siguiente, el 31 de julio, la historia dio un giro feliz: la dueña de Fritzia, cuyo verdadero nombre resultó ser Lulú, la reconoció gracias a publicaciones en redes sociales y noticiarios.
Con fotos y la cartilla de vacunación, demostró ser su legítima propietaria. La SSC, junto a la Brigada de Vigilancia Animal, coordinó la entrega, no sin antes aconsejar a la dueña sobre cómo evitar que Lulú vuelva a escapar, especialmente en vialidades primarias.