Actualmente, no existe una cura para el Síndrome de Asperger, pero se pueden controlar algunos de sus síntomas, como la ansiedad y la depresión
Ciudad de México.- El Síndrome de Asperger forma parte de los trastornos del espectro autista (TEA) y se caracteriza por dificultades en la comunicación social, así como patrones de comportamiento e intereses restringidos y repetitivos, por lo que la UNAM hace una serie de recomendaciones para que la vida de los pacientes sea más funcional en la sociedad.
La Secretaría de Salud explica que las personas con Asperger tienden al aislamiento y suelen evitar el contacto visual debido a una alteración en el procesamiento de los estímulos neuronales.
El paidopsiquiatra Roberto Rivera Cruz señala que otra característica distintiva es el habla hiperformal, lo que a menudo hace que se les describa como “pequeños profesores”. Este trastorno es más evidente entre los tres y seis años de edad y, aunque no hay un consenso sobre sus causas, se considera que tiene un origen genético y una base orgánica.
El investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, Fructuoso Ayala Guerrero, recomienda que el Síndrome de Asperger sea identificado de manera temprana mediante la observación de la interacción madre-hijo. Se puede detectar desde el primer año y medio o dos de vida, cuando comienzan a evidenciarse problemas de comunicación y dificultades para establecer contacto visual, sonreír o imitar sonidos.
Ayala Guerrero subraya la importancia de la estimulación temprana para aprovechar la plasticidad cerebral y fortalecer las habilidades deterioradas a través de diversas tareas. Sin embargo, enfatiza que esta labor debe ser realizada por especialistas, ya que estudios han demostrado que las personas con Asperger presentan alteraciones en las áreas cerebrales encargadas del lenguaje, la atención y la regulación social.
Actualmente, no existe una cura para el Síndrome de Asperger, pero se pueden controlar algunos de sus síntomas, como la ansiedad y la depresión. El investigador destaca que algunos tratamientos complementarios, como la equinoterapia y la delfinoterapia, pueden ayudar en la estimulación del cerebro y la mejora de la interacción social.
Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cien habitantes en el mundo tiene algún tipo de autismo, lo que equivale a aproximadamente 37 millones de personas. En México, la Asociación de Asperger estima que uno de cada 115 niños presenta un trastorno del espectro autista.
El día mundial de esta condición se celebra el 18 de febrero en honor al pediatra austríaco Hans Asperger, quien en 1944 describió a niños con dificultades para entablar amistad, comunicarse y comprender señales sociales.
En 2013, el Manual Americano de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales lo incluyó dentro de los TEA.
Ayala Guerrero señala que el objetivo del tratamiento es ayudar a las personas con Asperger a lograr la autosuficiencia en la vida adulta. Para ello, el apoyo familiar es esencial, así como la integración a grupos sociales estándar y el reconocimiento de sus habilidades particulares, como una memoria excepcional. En algunos casos, se recomienda la figura de la “persona sombra”, que acompaña al niño en la escuela para facilitar su desarrollo social.
Con información de Uno TV