La menor no perdió la pierna
Harper Ochoa, una niña de ocho años originaria de Texas, Estados Unidos, experimentó un incidente traumático durante sus vacaciones familiares en Galveston el 30 de agosto, mientras jugaba en las aguas poco profundas de la playa, Harper fue atacada por un tiburón, sufriendo una herida en la pierna.
Su familia actuó rápidamente para alejar al animal y asistirla, descubriendo que le faltaba un trozo considerable de carne de la pantorrilla, las imágenes posteriores al ataque mostraron la pierna ensangrentada de Harper en el hospital. Su madre, Christa, confirmó que la niña requirió 13 grapas para cerrar la herida.
"Al principio pensamos: ¿sabes? ¿Será una raya? Había tanta sangre que era difícil saber qué estaba pasando".
Los médicos lograron detener la hemorragia y confirmaron que la herida era consistente con la mordedura de un tiburón. Aunque los médicos no anticipan daños a largo plazo, Harper tuvo que ser hospitalizada nuevamente debido a una infección, Christa aseguró que su hija se encuentra de buen ánimo y con ganas de regresar a la playa.
La costa de Texas es considerada una de las zonas más seguras en cuanto a ataques de tiburones, con solo 18 mordeduras reportadas en Galveston en más de un siglo, según Visit Galveston.
Este suceso en Texas se produce poco después de un ataque similar en Florida, donde un niño de 8 años también luchó por su vida tras ser mordido por un tiburón mientras practicaba snorkel, el incidente ocurrió el lunes cerca de Horseshoe Reef, Key Largo, mientras el niño estaba con su padre y su hermana.
Florida es conocida por una mayor incidencia de ataques de tiburones, habiendo registrado 14 casos el año pasado, lo que representa el 50 por ciento del total de mordeduras documentadas en Estados Unidos en 2024.