China enfrenta su peor brote de chikungunya en 2025: más de 8 000 casos en Guangdong y medidas drásticas de contención.
En el año 2025, China enfrenta el brote más grave de chikungunya registrado en su territorio. Las autoridades sanitarias confirmaron más de 8 mil casos en la provincia de Guangdong, concentrados especialmente en la ciudad de Foshan y zonas colindantes.
En particular, datos oficiales del 25 de julio indican que se habían registrado 4 mil 14 casos. Poco después, el total superó los 7 mil casos. Estas cifras representan el mayor brote de chikungunya en territorio continental chino.
Este brote ha sido impulsado principalmente por condiciones climáticas —monzones intensos y tifones recientes— que generaron amplias zonas de agua estancada, propicias para la reproducción del mosquito Aedes.
China ha respondido con un conjunto de acciones agresivas, recordando las estrategias utilizadas en la era covid-19:
Propagación internacional
El brote ha generado advertencias como la de los CDC de EU, que emitieron una alerta de nivel 2 (práctica de precauciones mejoradas) para Guangdong.
El virus chikungunya (CHIKV) es un arbovirus transmitido por mosquitos del género Aedes, especialmente Aedes aegypti y Aedes albopictus. Se transmite cuando un mosquito infectado pica a una persona susceptible, quien luego desarrolla síntomas.
Los síntomas comunes incluyen:
Generalmente, el episodio agudo dura una semana, pero el dolor articular puede persistir durante semanas, meses o incluso años en algunos casos.
La gravedad es mayor en adultos mayores, lactantes, embarazadas y personas con comorbilidades, y existe riesgo, aunque bajo, de complicaciones como neurológicas, oculares o vasculares.
No existe un tratamiento antiviral específico. Se recomienda manejo sintomático con analgésicos como paracetamol y rehidratación.
Existen vacunas aprobadas en Estados Unidos y la UE: IXCHIQ (noviembre 2023) y VIMKUNYA (febrero 2025). Sin embargo, su uso en adultos mayores (60 años) se encuentra suspendido en EU por eventos adversos.
En China, no hay vacuna disponible al público, por lo que se depende exclusivamente del control de mosquitos.
Aunque el virus chikungunya no representa una amenaza pandémica como el SARS-CoV-2, su capacidad de generar brotes explosivos en zonas sin inmunidad previa, combinada con cambios climáticos y movilidad global, lo convierte en una prioridad para vigilancia epidemiológica.