El cirujano Joël Le Scouarnec fue declarado culpable de múltiples cargos, pero las leyes francesas podrían permitir que salga libre en poco tiempo
El cirujano francés Joël Le Scouarnec, acusado de abusar sexualmente de casi 300 menores durante décadas, ha sido sentenciado este martes a una pena máxima de 20 años de prisión por un tribunal en Francia. El excirujano ya cumple una sentencia de 15 años de prisión tras ser condenado en 2020 por la violación y agresión sexual de cuatro niños, incluidas dos sobrinas.
Según la ley francesa, las sentencias se cumplen de manera concurrente y Le Scouarnec sólo debería cumplir los años adicionales después de completar la primera sentencia. Sin embargo, debido a las leyes de reducción de penas y el tiempo ya cumplido, podría quedar en libertad en tan solo seis años, lo que provocó indignación entre las víctimas y sus familias.
Le Scouarnec, de 74 años, fue declarado culpable de múltiples cargos de abuso sexual y violación de menores, cometidos entre 1989 y 2017 mientras trabajaba como cirujano pediátrico en varios hospitales franceses. Las autoridades descubrieron el caso tras encontrar diarios detallados en los que el acusado documentaba sus crímenes, lo que llevó a identificar a 296 víctimas, la mayoría niños y niñas bajo su cuidado médico.
Inicialmente, no todas las víctimas eran conscientes de que habían sufrido abusos. Algunas fueron contactadas por los investigadores cuando éstos hallaron sus nombres en diarios que Le Scouarnec mantenía y en los que documentaba meticulosamente sus crímenes. Otras solo se dieron cuenta de que habían sido hospitalizadas en ese momento después de revisar los registros médicos. Dos de sus víctimas se quitaron la vida algunos años antes del juicio.
Con el pretexto de realizar procedimientos médicos, el excirujano abdominal y digestivo se aprovechó de los momentos en que los niños estaban solos en sus habitaciones de hospital. Su método era disfrazar el abuso sexual como atención clínica, agrediendo a jóvenes pacientes que probablemente no recordarían los encuentros.
Durante el juicio, los fiscales describieron a Le Scouarnec como un "depredador sistemático" que aprovechó su posición de autoridad para cometer los abusos. Los testimonios de las víctimas, muchas de las cuales eran menores de edad al momento de los hechos, conmocionaron al país.
A pesar de la gravedad de los cargos, la defensa argumentó que Le Scouarnec, quien admitió parcialmente los hechos, sufría de trastornos psicológicos y pidió clemencia. La sentencia de 15 años incluye una posibilidad de libertad condicional tras cumplir una tercera parte de la condena, lo que podría permitir su salida en 2031, considerando el tiempo ya cumplido en prisión preventiva.
Organizaciones de defensa de los derechos de las víctimas han calificado la sentencia como "insuficiente" y han exigido reformas legales para endurecer las penas en casos de abuso infantil.
Solène Podevin Favre, presidenta de un grupo de defensa de víctimas infantiles de incesto y otros delitos sexuales, expresó su sorpresa ante un veredicto “que podríamos haber esperado que fuera menos indulgente”, y lamentó que no se impusiera la detención preventiva posterior a la sentencia.
“Es la pena máxima, ciertamente. Pero es lo mínimo que podríamos haber esperado. Sin embargo, en seis años podría ser liberado. Es alarmante”, agregó.
Marie Dubois, portavoz de una asociación de víctimas, también dijo: "Es inaceptable que alguien que destruyó tantas vidas pueda estar libre en tan poco tiempo".
Le Scouarnec había sido condenado en 2005 por posesión e importación de material de abuso sexual infantil y sentenciado a cuatro meses de prisión suspendida. A pesar de esa condena, fue nombrado practicante hospitalario al año siguiente. No se tomaron medidas para suspender su licencia médica o limitar su contacto con niños, y el médico continuó su abuso en hospitales hasta su arresto en 2017.
“¿Debería Joël Le Scouarnec haber sido el único en el banquillo de los acusados?”, preguntó el fiscal Stéphane Kellenberger en sus argumentos finales.
“Se pudo haber hecho más. Las cosas podrían haberse hecho de otra manera, aun dentro de las notorias capas de la burocracia francesa, donde las responsabilidades a menudo se pasan de una autoridad a otra hasta que, finalmente, esa responsabilidad se pierde y afecta vidas inocentes”, agregó.