El hombre señalado como responsable del crimen sería el novio de su mejor amiga, con quien la joven compartió una jornada de tragos
Keyla Andreina González Mercado tenía 28 años. Desde su infancia vivía con una enfermedad catastrófica que heredó de su madre: diabetes. La madrugada del sábado 26 de julio fue asesinada de un disparo en la cabeza dentro de su vivienda, ubicada en las calles 28 y Capitán Nájera, en el suburbio de Guayaquil.
Según sus familiares, Keyla había sido diagnosticada con diabetes tipo 1 desde muy joven, la misma enfermedad que le quitó la vida a su madre cuando apenas tenía 35 años. “Keyla era como su mamá, también era diabética. Siempre tomaba medicamentos y hablaba mucho sobre la muerte. Decía que iba a morir joven, igual que su madre”, relató entre lágrimas su abuela materna a diario EXTRA.
La joven era la menor de tres hermanas. Era soltera y no tenía hijos. Hace dos meses viajó a Chile en busca de nuevas oportunidades, pero las bajas temperaturas y su delicado estado de salud la obligaron a regresar a Ecuador hace apenas un mes.
Keyla mantenía una amistad cercana con la pareja del hombre que, según versiones preliminares, sería el presunto responsable de su muerte. Aquella madrugada compartieron bebidas alcohólicas en su casa. En medio de un confuso episodio, la joven recibió un disparo en la cabeza.
“Pégame dos tiros te pido, pero no ahorita… déjame que esté pluta. Dos tiros me pegas en la cabeza. Me vas a matar de una, no quiero sufrir”, mientras de fondo sonaba música.
Personas que la conocieron relataron que Keyla vivió toda su vida en ese sector del suroeste porteño, donde también estudió su educación básica. “Era una chica alegre, saludaba a todos, siempre con una sonrisa. Nunca imaginamos que terminaría así”, contó una vecina.
Su cuerpo fue velado en su domicilio y sepultado la tarde del domingo 27 de julio en el Cementerio General de Guayaquil, acompañado por familiares y amigos, en medio de escenas de profundo dolor e indignación.
Agentes de Criminalística y de la Dinased acudieron al lugar tras recibir la alerta. Una fuente policial informó que al llegar encontraron el cuerpo de Keyla sin signos vitales, en posición sedente, sobre una silla en el área de la sala. Presentaba una herida a la altura de la cabeza compatible con el paso de un proyectil de arma de fuego.
Durante la inspección técnica, los peritos levantaron varios indicios balísticos y de interés criminalístico, entre ellos:
De acuerdo con el parte preliminar, la pareja del hombre identificado como Manuel Andrés Álava Lázaro, señalado como quien habría accionado el arma, llegó llorando a casa de su madre cerca de la 01:00 de la madrugada. Le manifestó que Manuel, en aparente estado de embriaguez, estaba manipulando un arma de fuego cuando se produjo un disparo que impactó a Keyla. Luego, la joven abandonó el lugar sin dar mayores explicaciones, tomando rumbo desconocido.
Hasta el cierre de esta nota períodistica, el paradero de Manuel seguía sin conocerse, y la Policía continúa con las investigaciones para esclarecer el caso y dar con el responsable del disparo que le arrebató la vida a Keyla.
Con información de EXTRA.ec