A lo largo de su vida, el empresario Bernd Kebbel invirtió fuertes sumas de dinero para garantizar lugares seguros para los leones del desierto
Uno de los actos más triviales le costó la vida a un empresario, quien durante años apoyó a la conservación de los leones salvajes, y terminó siendo devorado por uno de ellos mientras iba al baño.
Los hechos ocurrieron el pasado 31 de mayo, cuando Bernd Kebbel y un grupo de cinco familiares y amigos realizaban un safari por el Hoanib Skeleton Coast Camp, uno de los campamentos más exclusivos de Namibia.
Casi al terminar la madrugada, el empresario, de 59 años de edad, salió de la tienda, instalada encima de un vehículo 4x4 debido al riesgo precisamente del ataque de leones, para hacer sus necesidades fisiológicas.
De la nada, una leona, identificada como Charlie, saltó sobre el hombre, destrozando con sus garras y fauces el cuello y la arteria femoral de su víctima, quien murió instantes después del ataque.
Los espantados acompañantes de Kebbel hicieron cuanto les fue posible para ahuyentar a la felina, quien para ese momento ya había cobrado la vida del empresario, por lo que la leona huyó.
Sin embargo, autoridades del parque montaron un cerco para cazarla, pues consideraban que, al probar la sangre humana, la felina ya se había convertido en un peligro constante para visitantes y habitantes de la zona.
A lo largo de su vida, el empresario Bernd Kebbel invirtió fuertes sumas de dinero para garantizar lugares seguros para los leones del desierto, una de las subespecies de este felino más amenazadas.
Incluso, estuvo al frente de una polémica cuando, hace algunos años, un grupo de cazadores le ofreció una alta cantidad de dinero por cazar a un león que aparecía en sus fotos, pero la rechazó. Al final, los habitantes de una villa cercana envenenaron al felino.