Reino Unido.- Autoridades y padre de familia de Reino Unido alertaron sobre casos de niños que quieren ejercer la violencia de “Huggy Wuggy”, un personaje del juego “Poppy Playtime” de Mob Games, que se ha popularizado entre los más pequeños pese a no ser apto para menores. Huggy Wuggy es un personaje de color azul en forma de muñeco maldito que durante el videojuego de Poppy Playtime aterroriza al jugador amenazándolo con abrazarlo hasta quitarle el último aliento en una juguetería abandonada. Poppy Playtime no cuenta con una restricción de edad, ya que según Zach Belanger, director ejecutivo de Enchanted Mob/Mob Games, el videojuego no cuenta con las características necesarias, por lo que es apto para menores de edad, aun cuando algunos padres de familia han alertado sobre las reacciones de sus hijos al personaje. Según autoridades y padres de familia, se han reportado casos de niños que quieren llevar a la vida real los actos de violencia ejercidos por Huggy Wuggy, el fanatismo de los más pequeños hacia este muñeco maldito ha logrado que las ventas del personaje se hayan elevado en gran parte del mundo durante las épocas decembrinas del 2021. Por su parte, la policía del condado de Dorset en Gran Bretaña hizo una advertencia a los padres de familia señalando que hay casos de menores de edad que han tratado de imitar las acciones del personaje. En febrero, ya se había informado sobre las consecuencias de este personaje en los niños, donde alertaron de pesadillas y posibles traumas. Los padres de familia afirmaron que el contenido de Huggy Wuggy tiene mensajes que no deben ser vistos por niños y aparece como contenido inofensivo. Cabe mencionar que es común encontrar metrajes de las acciones violentas de Huggy Wuggy en las plataformas de YouTube y TikTok dejando a los menores de edad expuestos a su consumo cuando no se tiene una supervisión. El primer capítulo del videojuego de Poppy Playtime ya se encuentra disponible para sistemas móviles, según la empresa de Mob Games, por lo que autoridades y padres pidieron tener más supervisión en el contenido que consumen los menores de edad en las redes sociales.