A cada cerdo le llega su San Martín.
A cada cerdo le llega su San Martín. El 29 de octubre, en la Corte para el Distrito Sur de Texas, División Brownsville, “La Fresa”, como se le conoce a Edgar Alejandro Villarreal Guajardo, de 37 años de edad, se declaró culpable por el delito de “conspiración para poseer con intención de distribuir más de 5 kilogramos de cocaína”.
Quién es él y por qué resulta relevante su caso para Coahuila, se preguntará usted.
Se trata del contador oriundo de Matamoros que había sido detenido el pasado 21 de enero, no en el Puente Internacional como otros tamaulipecos, sino tierra adentro, producto de una investigación de la Administración para el Control de
Drogas de Estados Unidos (DEA).
El tema se publicó en este mismo espacio los días 11 y 13 de febrero, con un apéndice posterior el 22 de mayo, debido a la trascendental relación del detenido con Américo Villarreal Santiago, delegado de Bienestar en Coahuila.
La pesquisa de “La Fresa”, cabe señalar, inició en 2022 e incluye dos decomisos de cocaína, los días 14 y 26 de abril de 2024, uno en Weslaco y otro en Brownsville, ambos en Texas, el primero de 8.8 y el segundo de 8.24 kilogramos. De acuerdo con el expediente de la Corte identificado como causa criminal número B-25-035-01, en poder de quien esto escribe, se documentaron llamadas donde Villarreal Guajardo, desde otro punto al momento de la operación, daba instrucciones sobre el traslado y lugar de entrega de la mercancía, “consolidando” así “las pruebas que lo vinculaban directamente con la red de tráfico de drogas”.
El documento citado relata que “La Fresa” renunció al derecho de apelación y a impugnar la sentencia, y se comprometió a colaborar con las autoridades del Departamento de Libertad Condicional, haciéndoles llegar información sobre actividades delictivas y eventuales vínculos políticos en la frontera. Ojo a esto último: ‘políticos’.
Esa cooperación, condicionada a entregar un “testimonio veraz y fidedigno”, podría significar para él una reducción de su condena, al desestimar entonces la Fiscalía el resto de cargos que se le imputan (dos más).
Lo anterior es un cambio de paradigma, ya que, previamente, el 2 de marzo, “La Fresa” se había declarado inocente ante el juez Ignacio Torteya. Sin embargo bajo juramento cambió su postura procesal ante la jueza Karen Betancourt el 29 de octubre.
No obstante, el asunto tiene mar de fondo. En un plazo de 86 días que inició el 21 de enero y concluyó el Jueves Santo, inicialmente fue detenido el mencionado Edgar Alejandro Villarreal Guajardo, en Brownsville, y retenido en la misma frontera José Alberto Granados Favila, a la sazón Alcalde de Matamoros por la coalición Morena-PT-Verde desde el 1 de octubre de 2024, quien fue deportado al día siguiente ya sin visa.
El plástico no es el quid de la cuestión. Más allá del mensaje obvio que mandan los vecinos: no eres bienvenido aún siendo nativo de un estado fronterizo con relaciones vigentes, y mucho menos puedes internarte ni transitar, significa un señalamiento público de desdoro. Y eso no es un gesto diplomático menor.
En su columna publicada en El Universal el 23 de abril, Salvador García Soto reveló algunos entretelones de la detención de “Beto” Granados que conviene subrayar. Según el periodista, el edil matamorense, quien intentó ingresar a Estados Unidos acompañado por 13 personas más, “fue interrogado durante 14 horas en una oficina” del puerto de entrada con Brownsville, por ocho agentes estadounidenses del CBP, del Homeland Security, de la DEA y del FBI.
Y cito aquí un párrafo esclarecedor: “Al anunciarles la intención de detenerlos, el Alcalde Granados pidió su derecho a hacer llamadas y, de acuerdo con fuentes que presenciaron el interrogatorio, el morenista llamó primero a Norberto Barrón Barragán, secretario particular del Gobernador de Tamaulipas, y luego al hijo de éste, Américo Villarreal Santiago”.
La cuestión es más compleja de lo que parece y desmarcarse, por tanto, no es tan sencillo.
Ambos personajes, “La Fresa” y “Beto”, son -o eran, según el interés y conveniencia- piezas centrales, financiero y operativo, del proyecto Avanzada Tamaulipeca de Villarreal Santiago, asociación civil venida a menos que fungió como estructura de poder y sirvió de plataforma para hacer campaña ilegal en 2021 a favor de Américo Villarreal Anaya para la gubernatura de Tamaulipas, y siguió activa una vez en el poder pero abandonaron a su suerte, curiosamente, luego de que Estados Unidos atorase a dos de sus cabecillas.
Incluso el 29 de mayo de 2024, durante un cierre de campaña masivo en el Estadio Hogar, “Beto”, secundado por Américo, convivieron en el estrado con “La Fresa”, uniformados los tres con la indumentaria proselitista de Morena, y registraron el momento en video y fotografías. Al trascender la noticia de su captura en redes sociales, de la misma forma circularon fotografías del protagonista junto al Delegado de Bienestar en Coahuila; abrazados, posando para la cámara. En otra imagen Edgar Alejandro viste una camiseta serigrafiada con la insignia de Avanzada Tamaulipeca (AVA, el acrónimo de Américo Villarreal Anaya, Gobernador de Tamaulipas), además del clásico collage de un tamaulipeco estereotipado: posando con armas largas y chaleco táctico, en un RZR, de cacería.
Cortita y al pie
Al delegado a tiempo parcial de Bienestar en Coahuila nada lo liga al estado, más allá de su ambición de poder compartida con la Senadora por Morena, Cecilia Guadalupe Guadiana Mandujano (Los Esposos del Bienestar, en los hechos, quienes intentan una política en pareja como si el fuero de ésta, gracias al escaño heredado por nepotismo, se compartiera o alcanzase a éste al ser su protegido).
Por lo demás, Américo no es independiente de sus antecedentes y relaciones en Tamaulipas. Para él no hay forma de iniciar una nueva historia en la entidad, desprendiéndose del pasado. Por ello cabe plantearse una pregunta: políticamente, ¿qué hace aquí todavía?
Si continuamente se blindan las fronteras del estado para evitar intromisiones y el denominado ‘efecto cucaracha’, y durante años se ha criminalizado públicamente a los tamaulipecos en esa coyuntura, si tanto se presume la estrategia del “Coahuila Seguro”, ¿qué hace dentro del territorio un tamaulipeco que representa los más oscuros intereses?
La última y nos vamos
Américo Jr. forma parte del Gabinete Federal ampliado en la Delegación de la Secretaría de Bienestar desde el 1 de octubre de 2024. Es decir, es indirectamente un empleado en la jerarquía de la Presidencia.
¿Lo respaldan entonces en esas circunstancias?
No es cuestión de apelar al río suena, por lo demás, pero, ¿usted recuerda que los anteriores delegados de Bienestar de 2018 a la fecha, ellos sí coahuilenses (Reyes Flores Hurtado, Claudia Garza del Toro, Aida Mata Quiñones) se vieran involucrados en prácticas así?
En cuanto a la presunta oposición política de Coahuila, si por años vox populi el tópico era que Los Moreira, ya sin poder, no podían cruzar a USA so pena de ser detenidos en Texas, ¿qué hace un Delegado de Bienestar en esa misma condición migratoria?