El mensaje político del segundo informe de Manolo Jiménez Salinas, celebrado el miércoles en La Laguna...
El mensaje político del segundo informe de Manolo Jiménez Salinas, celebrado el miércoles en La Laguna, fue que no hubo mensaje político y eso también es un mensaje político.
El equipo del Gobierno convocó al Coliseo Centenario de Torreón. La gente llegó por miles. El acto se desarrolló sin contratiempos y bajo una logística prácticamente impecable. La difusión y publicación del mismo ha sido suficiente y hasta por momentos envolvente, como se acostumbra. Sin embargo da la impresión que aquél control exhaustivo que sí tiene la Administración estatal sobre el espacio público, como no tienen otros estados aún teniendo mayoría de representantes en el Congreso local y disciplina sobre los órganos autónomos, fue también autocontrol.
En pocas palabras: esa solemnidad institucional que, al paso de los años, sigue caracterizando la vida política del estado como fenómeno insólito. Cálculo. Mesura. Iconografía y membrete oficial. Un ejercicio de frases hechas que identifican a su gestión. Tópicos que a fuerza de repetirse buscan implantarse en la opinión pública.
No fue memorable aunque sí cumplidor. No fue grandioso pero sí pulcro (amén de las fallas en el audio y la imagen que se transmitió en vivo vía redes sociales y a través de las televisoras estatales). Impresionante o no, es una cuestión subjetiva, pues cada uno tiene sus propios parámetros para impresionarse.
De Saltillo se trasladaron gran parte de los invitados especiales a La Perla de La Laguna, aunque no fue un evento en esencia lagunero (¿cómo podría serlo simbólicamente: acaso con lonches de adobada en mano y vestimenta del Santos?). Por lo demás, no quedó claro ni de manifiesto porque la ceremonia se desarrolló en Torreón y no en la capital de Coahuila, sede de los poderes del estado, a pesar de que los iniciados en la política estatal crean saber el por qué (o lo interpreten, por lo menos). Al gran público no fue explicada la razón.
En el recuerdo temporal queda el escenario, la liturgia y el besamanos. Para los observadores, a su vez, importa quién asiste y dónde se sienta; las filas, el acomodo, el graderío tapizado. A quién menciona el Mandatario en el micrófono (a quién no, por consecuencia) y a quién agradece; los mensajes cifrados. El aplausómetro de las porras y la competencia entre quienes movilizaron capital humano para satisfacer su ego frente al Gobernador.
Pero nadie se ocupa, por ejemplo, del mamotreto de 474 páginas donde consta lo actuado en el último año a propósito del segundo informe de Gobierno (el primero, para dimensionar, fue de 330 páginas), ni aun y cuando gran parte del documento es ocupado por fotografías a todo color (como si en los tiempos que se viven hubiese de otro tipo).
Los mismos cinco ejes: Orden y Seguridad; Coahuila Global; Desarrollo Humano; Infraestructura Sostenible; Ciudadanía y Buen Gobierno. La columna vertebral definida. Mes a mes lo que sucedió. Numeralias, líneas del tiempo, datos desplegados o minimizados con buen tino y a conveniencia de la comunicación social.
A manera de resumen, van algunos datos que considero interesantes para representar socialmente la entidad, a manera de comparativa entre primer y segundo año de Gobierno.
De 2024 a 2025 se incrementaron las llamadas a los servicios de emergencia atendidas, de 268 mil a 436 mil. Hubo, a su vez, más solicitudes para el “Registro Estatal de Víctimas”: mil 308 el primer año, por mil 482 el segundo. Un total de 623 reportes de desaparición de personas en 2024, por 768 en 2025. Y ojo aquí: de 37 dosis de piedra confiscadas por la Policía Estatal en el primer año, a 16 mil 967 “envoltorios de cristal” (sin especificar el peso). Eso somos.
Ahora bien, al frenarse el nearshoring por circunstancias internacionales y geopolíticas, Coahuila lo resiente. Así pasamos de 94 mil 683 millones de pesos en inversión extranjera directa “confirmada” en 2024, a sólo 58 mil en 2025. Se redujo casi 40% de un año a otro.
Del tercer lugar nacional en competitividad, al séptimo.
El estado avanza a un ritmo promedio de 25 mil nuevos empleos formales al año. Insuficientes, considerando la migración.
Por ello la apuesta, ahora, es el Gas Shale.
Si bien pese al jarabe de pico esparcido por Obrador para satanizar el fracking, nunca se prohibió la práctica en la legislación, la cual incluso forma parte del programa de Pemex 2025-2035, con un Gobierno Federal poco serio y endeudado, sin certeza jurídica para nuevos y viejos jugadores, difícilmente alguien con dos dedos de frente sentará sus reales en el subsuelo coahuilense con reservas.
¿Para que un Noroña, un Adán Augusto, o una Lenia Batres decidan el futuro de negocios millonarios?
Cortita y al pie
Turismo sigue siendo asignatura pendiente. Su productividad como secretaría –no se ría- se basa en los stickers-gif producidos para la campaña “Sorpréndete con Coahuila”, a fin de ser “utilizados en historias de Instagram y Facebook”, y en las visualizaciones obtenidas.
Deporte navega de a muertito, y notable ha sido el despliegue de las estrategias Mejora e Inspira Coahuila, muy por encima del volumen de trabajo en el periodo anterior. Cultura, paupérrimo en su primer año, mejoró multiplicando y diversificando los eventos (de dos mil 818 actividades en 2024 a “cerca de 4 mil 500” en 2025).
La última y nos vamos
No se trata de romper lanzas para mostrar fuerza y unidad tribal, o danzar el Haka como acto de intimidación a los adversarios. Mucho menos discursos castrochavistas infumables.
No obstante hace un año se sentaron las bases discursivas del mandato sexenal y se desplegó la imagen institucional, y este año se hizo exactamente lo mismo: entregar una segunda dosis de la misma fórmula.
¿Significa estabilidad y gobernabilidad, o monotonía y falta de creatividad?