La relación, descrita como de “palo y zanahoria”, ha llevado a México a una posición de aparente sumisión para salvaguardar su economía.
Ciudad de México.– La política mexicana se encuentra bajo el dominio de la administración estadounidense, liderada por Donald Trump, cuya omnipresencia afecta temas cruciales como el narcotráfico, la migración, los acuerdos comerciales y la extradición de criminales. La relación, descrita como de “palo y zanahoria”, ha llevado a México a una posición de aparente sumisión para salvaguardar su economía.
La semana pasada fue un claro ejemplo de esta dinámica. Estados Unidos acusó a empresarios de sobornar a Pemex, extraditó a 26 reclusos y culminó con la detención en Texas del exdirector de la petrolera, Carlos Treviño. A pesar de los elogios iniciales, Trump cerró la semana con la polémica declaración de que “México y Canadá hacen todo lo que les decimos”, lo que subraya la asimetría de la relación.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha respondido a las declaraciones de Trump con cautela, afirmando que las negociaciones continúan a pesar de la retórica. Sin embargo, en el ámbito de la seguridad, el secretario Omar García Harfuch ha intensificado las operaciones y justificado acciones controversiales, como el sobrevuelo de drones estadounidenses en territorio mexicano, argumentando que responden a peticiones del gobierno mexicano.
Para expertos como Josué González de la UNAM, la presión ejercida por Trump es “brutal” y no tiene precedentes en la era moderna de las relaciones bilaterales. El analista compara la situación con una negociación entre un gigante y una empresa 20 veces más pequeña, donde México se ve obligado a ceder y entregar “tributos” para evitar conflictos mayores.
Por su parte, la internacionalista Aribel Contreras de la Universidad Iberoamericana, aunque critica la retórica de Trump, considera que su presión ha impedido que la agenda interna del gobierno mexicano se imponga en ciertos temas. La experta sostiene que las amenazas de Trump, aunque repudiables, han obligado a México a reforzar su política de seguridad.
Con información de EL PAÍS