Sumergió a millones de católicos en un mar de emociones y criticó duramente a la curia así como a sus líderes
Ciudad del Vaticano.- El 13 de marzo de 2013, luego de cinco votaciones, los 115 cardenales electorales se inclinaron por el Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, primer latinoamericano en ocupar la silla de Pedro y también el primer miembro de la compañía de Jesús, en encabezar la Iglesia católica.
La elección del papa Francisco, el que llegó “del fin del mundo” a impresionar como pastor, a irritar a menudo con sus declaraciones teológicas, a agitar, descomponer y revitalizar la Iglesia, quizás lo sospechó: frente a la crisis de la Iglesia, ya no se trata sólo de una mayor participación de las mujeres, el celibato o la moralidad sexual obsoleta de la Iglesia.
Una institución que destruye tan brutalmente su credibilidad, estorba en su camino a quienes buscan a Dios, haciéndolos dudar y desesperarse. Esto se ha convertido en una pregunta existencial para la Iglesia.
La Iglesia católica que Francisco deja necesita otra reforma. A sus representantes les gusta decir que la Iglesia siempre se está reformando a sí misma: “Ecclesia semper reformanda” repiten. Tal vez, después de más de 150 años de exageración clerical, la Iglesia logre reformarse en su colapso. Es difícil de creer, pero uno quiere esperarlo.
Es probable que la reforma de la Curia, el Sínodo de la Familia y el procesamiento de esta crisis global, en la que los escándalos de abuso sexual han sumido a la institución, tengan consecuencias más allá del pontificado de Francisco.
El Papa argentino insinuó, más de una vez, que imitaría a su predecesor alemán, Benedicto XVI, y renunciaría un día a su pontificado. Pero, la muerte le tomó la delantera.
Trasladarán mañana sus restos a la Basílica de San Pedro en Roma
El traslado del cuerpo del papa Francisco a la Basílica Vaticana para el homenaje de todos los fieles podría tener lugar el miércoles 23 de abril, informó la oficina de prensa del Vaticano.
Las modalidades y la confirmación del traslado a la Basílica del cuerpo para su exposición ante los fieles desde la capilla de la Casa Santa Marta, donde residió Francisco, se establecerán y comunicarán mañana, después de la primera Congregación de los Cardenales, añadió una nota del Vaticano.
En las congregaciones de los cardenales, que desde hoy han sido llamados a Roma para participar a estas reuniones preparatorias, tendrán que elegir las fechas para el funeral y para el inicio del cónclave.
Francisco será expuesto como los papas anteriores frente el baldaquino de San Pedro, aunque el Pontífice argentino dejó algunas disposiciones diferentes para su funeral, como se lee en la nueva edición del ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’.
Se mantienen las llamadas “tres estaciones”, los pasos tras la muerte de un Pontífice, aunque en la primera se indica que la constatación de la muerte se realizará en su capilla privada, en lugar de en la habitación, e inmediatamente el cuerpo se depositará en el único ataúd de madera con el interior de zinc, antes de ser trasladado directamente a la Basílica.
Se han precisado algunos pasajes de la llamada segunda estación: puesto que la deposición en el féretro ya ha tenido lugar tras la constatación de la muerte, el féretro se cierra la víspera de la misa exequial.
Por último, en la tercera estación, que incluye el traslado del féretro al sepulcro y el entierro.