Un equipo de geólogos del laboratorio GeoRessources y del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) ha identificado en el noreste de Francia el yacimiento de hidrógeno blanco más grande del planeta, con reservas estimadas en 46 millones de toneladas.

El hallazgo se produjo en Folschviller, localidad de Mosela, mientras los investigadores buscaban metano en el subsuelo. A más de 1,200 metros de profundidad se localizaron concentraciones de hidrógeno natural de entre 17 y 20 por ciento, un nivel considerado excepcional en este tipo de formaciones.

De acuerdo con los cálculos iniciales, la reserva podría tener un valor de 184 mil millones de dólares, tomando como referencia el precio de mercado del hidrógeno. Además, su explotación permitiría reducir hasta 130 millones de toneladas de CO2 por año, lo que lo convierte en un recurso estratégico tanto en lo económico como en lo ambiental.

A diferencia del hidrógeno verde o gris, que requieren procesos industriales para su obtención, el hidrógeno blanco se encuentra de manera natural en el subsuelo y puede extraerse sin emisiones contaminantes. Este factor lo posiciona como una alternativa clave en la transición hacia energías limpias.

El descubrimiento también podría reactivar la economía de Lorena, región de Francia marcada por la caída de la industria minera, al generar nuevos empleos y atraer inversiones vinculadas a la perforación, la infraestructura y la producción de energía renovable.

Sin embargo, los especialistas advierten que aún restan pruebas técnicas antes de iniciar una explotación a gran escala. Los próximos pasos incluyen la perforación de pozos piloto para medir presión, caudal y estabilidad del yacimiento, así como definir la viabilidad económica y ambiental del proyecto.

Francia se coloca así en el centro de la carrera internacional por el hidrógeno natural, un recurso que varios países ya identifican como estratégico para alcanzar sus objetivos climáticos y energéticos en las próximas décadas.